Por: Angel Cuadra
En una cárcel de Estados Unidos, a más de
quinientas millas de distancia de donde
viven su esposa e hijos, en Miami, hace
ya 33 años se encuentra el cubano Eduardo Arocena, condenado, por motivos
relacionados con la ya vieja lucha de los cubanos anticastristas, por la
libertad de Cuba, su patria. Es Arocena,
quizás el preso político más antiguo en el mundo en estos momentos. Eduardo Arocena ha comparecido en más de
una ocasión ante la Corte de justicia, en el trámite de revisión de su sanción
de cadena perpetua, sin resultado alguno.
Hace poco sufrió un ataque
cerebral, del que malamente se va reponiendo. Ni siquiera se ha podido conseguir su
traslado para un centro penitenciario cerca del domicilio de su esposa, para
que la misma y los hijos puedan visitarlo en un acercamiento periódico, lo que
tanto reconforta a un preso en su aislamiento. Sus amigos y simpatizantes en más de una
ocasión han recurrido a solicitar de algún que otro Presidente de este país
(del que Arocena es ciudadano) la concesión de un indulto, lo que los presidentes suelen hacer al
finalizar sus mandatos, pero ninguno hasta ahora, ha atendido el caso de
Arocena, a pesar de su estado de salud y el largo tiempo pasado en prisión en
donde ha mantenido una conducta intachable.
En la historia de los indultos que
han concedido distintos presidentes de
Estados Unidos podemos citar, por ejemplo el concedido a los independentistas
del hermano pueblo de Puerto Rico que habían llevado a cabo una acción armada
contra miembros del Congreso, el de los conocidos como “Macheteros”, grupo de
acción puertoriqueño, autores de un
asalto armado contra un vehiculo que
trasportaba bienes bancarios. En cada
uno de estos casos citados hubo un caso de muerte. No obstante, la Presidencia del país,
concedió el indulto, o sea, el perdón presidencial.
Todos esos casos tenían sus motivaciones
específicas que no es del caso comentar.
Pero lo que si es digno de señalar y reprochar es el bastante reciente
indulto de los espìas de la connotada “Red Avispa” de espionaje, situados por
la dictadura castrocomunista aquí en Estados Unidos que, entre otras tantas
cosas que hicieron contra este país, planearon el asesinato de cuatro
tripulantes de las avionetas de Hermanos al Rescate, de los cuales tres eran
ciudadanos americanos, crimen que planearon en coordinación con la Fuerza Aérea
del gobierno castrocomunista pulverizando dichas indefensas avionetas en
espacio aéreo internacional. Además de otras actividades de virtual peligro
contra la seguridad de los Estados Unidos. Sin embargo, la actual Presidencia
de este país les otorgó el indulto.
En estos días, aquí en Miami, con el
respaldo de más de seis mil firmas tras un documento escrito, mas unos 600
emails, se está preparando una solicitud jurídica-humanitaria, en favor del
indulto de Eduardp Arocena. El momento
es propicio, ya que el actual Presidente de la nación termina en breve su
mandato, ocasión en la que los presidentes suelen atender estas peticiones en
las que hay razones humanitarias y la persona en cuestión lo amerita. Treinta y tres años de encierro y separación familiar es una carga
muy grande para una persona ya enferma y en el tramo final de su vida. Y cuya
familia, de pocos medios económicos. ha carecido de las posibilidades de
visitarlo con alguna frecuencia en los centros penitenciarios tan lejanos, en
los que siempre han tenido a Eduardo Arocena. Además, el mismo no ha sido
condenado por actos contra los Estados Unidos,
sino por hechos relacionados exclusivamente con Cuba, en la lucha por la
libertad y la democracia, y contra la terrible dictadura castrocomunista en su
patria y frente a todo –personas o gobiernos- que estuviese al servicio de dicha dictadura. Y en ayuda a esos valores de libertad y
democracia como pilares también de Estados
Unidos, Eduardo Arocena, en 1966, se inscribió para el reclutamiento de
las Fuerzas Armadas de este país, en la guerra que entonces se libraba en Viet
Nam.
El mecanismo para la solicitud del indulto
para Arocena, respaldado por la amplia lista de apoyo que antes citamos, está
profesional e inicialmente dirigido por
tres abogados, al frente de cuyo trío figura la Dra. Enilde Guerra, grupo
profesional que está en esta gestión
desinteresadamente, y que, aparte de los pasos procesales propios de estos
trámites, apoyarán también la petición en valores que podemos calificar como
“valores suprajurìdicos”, que son: IGUALDAD
y HUMANIDAD.
Confiemos en que si otros casos que fueron
indultados, como los dos que citamos al comienzo de este escrito, en nuestro
caso la igualdad “jurídica”, aclaremos, se logre en esta ocasión, Y el valor humanidad, asimismo, en el caso y las circunstancias de Eduardo
Arocena, tenga el peso y el alcance superior para su indulto.
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