Ante la evidente complicidad de la prensa en
el actual proceso electoral para la presidencia de los EEUU, el apoyo, presión
y complicidad de la administración del presidente Barack Obama, en abierto
apoyo a la candidatura de la exsecretaria de estado Hilary Clinton sobre la
secretaria de justicia, instituciones como el FBI y la jerarquía del partido
demócrata, permitiendo que estas instituciones conspiren y se confabulen para
ayudar a la candidata demócrata, se hace necesario evaluar la situación de
manera diferente a como lo habíamos hecho en elecciones anteriores.
Es imprescindible recordar que en estas
elecciones no solo está en juego la presidencia de los EEUU, se juega también
el balance de la corte suprema que tendrá en sus manos la interpretación futura
de la constitución de esta nación, quizás a largo plazo, un aspecto más
importante que la presidencia. Están en juego además la composición del
congreso y el senado que decidirá en el futuro la política exterior, económica
y social de la nación.
Algunos estadounidenses, saturados de
propaganda demagógica y basura, han decidido no participar en las elecciones
dejando que otros decidan por ellos, ¡Que Error!, Otros evalúan para sus
decisiones elementos superficiales que nada tienen que ver con el destino
futuro de la nación, influenciados por el exceso de propaganda dirigida con
toda intensión, a desviar la atención de los votantes de los problemas básicos
e importantes, que no están presentes con la fuerza necesaria en debates y
propagandas.
Ante una situación diferente, dos candidatos
diferentes saturados de problemas personales, morales e ideológicos, debemos
actuar también de forma diferente y revisar nuestras bases morales, conceptos
de lo que consideramos como justicia, creencias religiosas e ideologías
políticas. Si queremos una nación fuerte, segura y prospera o una nación
dependiente, un gobierno “Paternalista” que exige el control central del dinero
de los contribuyentes para administrarlo como ellos quieran, aumentando la
inservible y parasita burocracia gubernamental implantando políticas socialistas en nuestra
nación, o preferimos ser dueños de nuestros destinos económicos y sociales y
sobre estas sencillas bases, decidir quién es el candidato a la presidencia de
esta nación que más se acerca a nuestro valores, para tomar la decisión más
cerca de los correcto.
Si en las elecciones de los EEUU pudieran
participar personas, gobiernos y grupos de otras partes del mundo que pasaría:
¿Por quién votaría ISIS, Al-Quaeda y otros grupos terroristas si pudieran
hacerlo, Por Hillary Clinton o por Donald Trump? Con seguridad lo harían por
Hillary Clinton. ¿Por quién votaría Vladimir Putin? A pesar de todo lo que dice
la propaganda, preferiría un presidente en los EEUU tan débil como Barack Obama
para poder manejarlo a su antojo. Sin dudas lo haría por Hillary Clinton. ¿Por
Quién votarían los líderes de los Gobiernos de Irán, Corea del Norte, Los
maduro y comparsa, Daniel Ortega, Evo morales, y no podemos dejar fuera a los
Castros?, Con toda seguridad votarían por Hillary Clinton. ¿Por quién votarían
si pudieran hacerlos los inmigrantes ilegales que han entrado a este país
violando leyes y fronteras, los que se niegan a poner orden en las fronteras y
las leyes de inmigración? Sin dudas votarían por Hillary Clinton. Podíamos
hacer extensa la lista de grupos e instituciones religiosas y laicas, personas,
ETC, que preferirían que los EEUU tuvieran un gobierno débil ante la lucha
contra las drogas, el crimen en nuestras calles, que este a favor del aborto y
en contra de la segunda enmienda de nuestra constitución.
En mi caso, como yo no estoy de acuerdo con
las políticas y formas de pensar de estos grupos, personas y gobiernos antes
mencionados, enemigos irreconciliables de los Estados Unidos de América y todo
lo que representa esta nación, no estoy a favor del aborto, del control
excesivo del gobierno sobre nuestras vidas y nuestros bolsillos, de erradicar
la segunda enmienda de la constitución, de la débil política exterior y de la
demostrada enorme corrupción imperante en los más altos niveles en Washington,
no puedo bajo ninguna presión apoyar con mi voto a la candidata a la presidencia
de los Estados Unidos, Hillary Clinton.
Tome usted su decisión pero sea cual sea, no
invalide su voto y recuerda ante todo, todo lo que está en juego en estas
elecciones. Salga a votar, no deje que otros lo hagan por usted y sobre todo
piense, piense y piense y analice con frialdad, evada lo que intentan
introducir en nuestras conciencias para nublar nuestro poder de análisis.
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