"SU NUMERO O SU PESO ESPECIFICO EN LAS ELECCIONES NUNCA SE SABRAN..."
Por Santiago Cárdenas MD.
Los hubo. Sí que los hubo. Su número o su peso
específico en las elecciones nunca se sabrán; los católicos nunca votamos, ni
votaremos, con un voto consensual, sino individualmente como dicta nuestra conciencia.
La "conciencia " en este Año de la
Misericordia tuvo cambios sorprendentes, espectaculares. El aborto dejó de ser
la piedra angular de las decisiones en la una, santa, católica y apostólica. La
Madre y Maestra influenciada por los aires franciscanos relativistas que soplan
desde el Vaticano ha hecho un giro sorprendente que por callado no deja de ser espectacular.
“¿Quién soy yo (somos) para juzgar? " Es el motto predilecto promocionado
por la prensa secular. La civilización del espectáculo de la Plaza de San Pedro
también incluye dejar el aborto y sus consideraciones morales como tema único
en la evangelización. Hay que ser más aperturistas, repiten.
Las orientaciones –algo me recuerda, un tufillo,
al monopartido de Cuba–; tengo que
decirlo aunque alguien se rasgue la guayabera; las orientaciones multipolares, repito,
nos llegaron como en cada ciclo electoral en un flyer tricolor muy bonito, que es una obra maestra de equilibrio y
armonía."A guide to Catholic Voting “,
repartido profusamente en todas y cada una de las iglesias de la archidiócesis de Miami. El imprimátur es del obispo Kevin de
South Bend, Indiana.
Abro un paréntesis porque en este folleto se habla
“de la separación de la iglesia del estado", como expresión del
pensamiento de los Founding Fathers.
Falso. Lo que sí queda claro en la Constitución es que ninguna religión debe
recibir un trato preferencial de cualquier gobierno.
Desviaciones aparte. Nunca he visto en mi corta y
larga vida la frialdad con que habla de la terminación de la vida de los
inocentes, como hizo durante la campaña la señora Hilaria Clinton. Increíble.
¡¡Que
corazón más duro!! Que cara tan cínica, sin remordimientos. En su fervor por
promocionar el "cuerpo de las mujeres; y su derechos " me recuerda a
cualquiera carnicera nazi o comisaria de los gulags rusos pero con micrófono y
televisión, disponiendo de la vida de otros. Ruego que en su retiro definitivo
de la vida pública Dios la tenga en compasión.
En fin, yo que no soy republicano, ni me
entusiasmo mucho por Trump *, les recuerdo a mis hermanos católicos –ignorantes,
diletantes, izquierdo-socialistas o snobistas, – que con todo su derecho votaron por una
abortista explícita, que es el momento de leer el Canon 915, aún vigente. Están
excomulgados; o casi. Pueden asistir a misa; pero no comulgar.
Estamos en Navidad. En todo el mundo cristiano
celebramos un nacimiento; no un aborto, que es un asesinato.
* Por cierto, paradójicamente, el presidente electo está ahora en condiciones de hacer el gran milagro. Lo impensable. Revertir Roe vs Wade.
No hay comentarios:
Publicar un comentario