VIDA DEL APÓSTOL JOSÉ MARTÍ Y LOS PELIGROS QUE
AFRONTAMOS HOY
El 28 de enero de
2017 conmemoramos el 164 aniversario del natalicio del Apóstol José Martí.
Vivimos en una época muy difícil donde se sufre mucho en Cuba y en esta nación
afrontamos muchos peligros domésticos e internacionales. Por suerte tenemos un
nuevo presidente, Donald J. Trump, que junto con el Secretario de Estado que ha
nominado, Rex Tillerson, han prometido una nueva política con el régimen
sanguinario de Raúl Castro. Muchas de las arbitrarias y dañinas concesiones del
presidente Obama al régimen comunista serán revertidas. El presidente Trump ha
anunciado que fortalecer las Fuerzas Armadas de la nación será una de sus
prioridades principales al igual que mejorar la economía para traer prosperidad
a los estadounidenses.
Noventa millas al
sur, los esbirros de la tiranía se rieron del presidente Barack Obama y su
infame política equivocada con Cuba. Mientras Obama le otorgó una serie de
concesiones unilaterales a Cuba, la tiranía no le dio nada a cambio y le
demandaba más concesiones y aumentaba la represión en la isla. Mientras más
concesiones vergonzosas le daban Obama al régimen cubano más exigía la tiranía
en Cuba de los Estados Unidos.
La vida de José Martí
Martí y el socialismo
A pesar de todas las
dificultades que afrontamos los que queremos la libertad, democracia y
soberanía para la Cuba que tanto amamos, soy optimista que Cuba será libre en
un futuro cercano.
José Martí y la Guerra de 1895
El natalicio de José
Martí es un día para recordar y para pensar en el Apóstol de Cuba, en sus
pensamientos y en sus acciones de combate al servicio de la libertad de su
patria. José Martí nunca morirá si lo recordamos su enorme legado, leemos sus
poesías, pensamientos, y ensayos. También es un día para pensar en el futuro de
Cuba y el de esta nación donde vivimos con nuestros hijos, nietos y bisnietos,
que tiene un nuevo amanecer con el nuevo presidente que elegimos el 8 de noviembre
de 2016 y que tomo posesión el 20 de enero de 2017.
Hay que recordar las
inmensas dificultades, calumnias y fracasos que José Martí tuvo que enfrentar
en su lucha por la libertad de su patria, al igual que todos los mambises.
Nuestros patriotas lucharon dentro y fuera de Cuba desde 1868 hasta 1898 por 30
años sin rendirse y superaron todos los obstáculos que enfrentaron. Ellos no se
desesperaron ni se deprimieron. Todo lo contrario, mientras más tropiezos
encontraron más motivados estaban nuestros patriotas a luchar contra el yugo
español.
España estaba
decidida a no perder su colonia más rica, la llamada “Siempre fiel Isla”. Su
jefe de gobierno, Antonio Cánovas del Castillo, declaró que España gastaría
“hasta su última peseta y su último soldado” en vencer a los mambises.
España envió a Cuba
entre noviembre de 1995 y mayo de 1897 un ejército, el mayor que cruzara el
Atlántico hasta esa fecha, compuesto de 181,738 soldados, 6,261 oficiales y 40
de sus mejores generales. Contando con su ejército que ya estaba en la isla,
los mambises tuvieron que luchar contra más de 225,000 soldados españoles. Más
de 500,000 soldados españoles lucharon durante los tres años de una sangrienta
y brutal guerra sin cuartel.
La marina española,
con más de 30 barcos de guerra, bloqueó las costas de Cuba. España reconstruyó
la trocha de Morón a Júcaro y construyó una segunda trocha de Mariel a Majana
para contener al general Antonio Maceo en Pinar del Río. Estas trochas han sido
comparadas a la Muralla China aunque de mucho menor tamaño.
La de Morón a Júcaro
tenía 50 millas de largo con un ferrocarril y una serie de fuertes defendidos
por 14,000 soldados. Después España envió al más cruel de sus generales,
Valeriano Weyler, llamado “el Carnicero”, que implementó la terrible política
de genocidio de Reconcentración. Los campesinos y sus familiares fueron
reconcentrados en campamentos en centros urbanos para que no pudieran ayudar a
los mambises. La falta de higiene, el hambre y las enfermedades trajo la muerte
a 400,000 campesinos. Ni Simón Bolívar, ni José de San Martín, ni Bernardo
O’Higgins, ni George Washington tuvieron que luchar contra un ejército español
tan enorme como los cubanos para alcanzar su libertad.
Nosotros hoy debemos
aprender del ejemplo de nuestros patriotas y de nuestro Apóstol. Al igual que
ellos debemos seguir en nuestra lucha hasta alcanzar el derrocamiento de la
peor y más larga tiranía de los Castros en las Américas y unas de las más
crueles del mundo. Un régimen despótico que en 58 años ha fusilado a más de
17,000 hombres, mujeres y niños, ha encarcelado a más de 300,000, incluyendo a
35,150 niñas y mujeres quienes, como el resto de los prisioneros políticos,
fueron torturadas. Además de un estimado de 100,000 personas ahogadas y
devoradas por tiburones en el mar tratando de escapar del infierno que es Cuba
comunista.
Desde niño José Martí
se preocupó por el presente y porvenir de Cuba. Durante su juventud dio
muestras inconfundibles de un amor por la libertad y la independencia de la
nación cubana. Fue un insigne pensador e inspirado poeta, escritor de fama
universal y a la vez hombre de acción. Concibió a Cuba como una república
libre, soberana y democrática y, desde luego, pudo coordinar esfuerzos de
patriotas de distintas generaciones para luchar por la independencia y alcanzar
la victoria, la cual él no pudo ver.
La vida de José Martí
debe ser estudiada, no sólo por los cubanos en las dos orillas, sino por todos,
especialmente por Latinoamericanos, ya que deben saber cómo se luchó por la
libertad y la independencia de una nación.
José Martí es el
héroe más importante y admirado por los cubanos dentro de Cuba, en los Estados
Unidos y a través de todo el mundo. La escritora María Luisa Laviana Cuetos
expresó lo siguiente: “La figura de Martí es tan importante para Cuba que no
tolera comparación con ninguna otra figura política o literaria en toda su
historia. La influencia de Martí ha sido decisiva en la formación de la
conciencia nacional”.
Martí, como todos
sabemos, se le conoce como “El Apóstol” y “El Maestro”. También ha sido llamado
“El Mesías Cubano” ya que este gran hombre consagró su vida a lograr la
independencia de su patria y murió heroicamente tratando de alcanzar su
libertad. Martí dijo lo siguiente en una ocasión: “La patria no es triunfo,
sino agonía y deber… La patria necesita sacrificios. Es ara, no pedestal. Se la
sirve, pero no la toma para servirse de ella”. También expresó el Apóstol, “Los
hombres se dividen en dos bandos: los que aman y fundan, los que odian y deshacen”.
El opresor y tiránico
gobierno comunista que ha sufrido Cuba por más de 57 años ha distorsionado la
imagen de José Martí al quererlo hacer lucir como alguien que apoyó el
marxismo. Esto es una gran mentira. El Apóstol jamás hubiera estado de acuerdo
con la brutal tiranía de los hermanos Castros. Él escribió, “Con un poco de luz
en la frente no se puede vivir donde mandan tiranos”.
El pensamiento
martiano giró en torno a tres conceptos universales: libertad, igualdad y
dignidad. Quería para su patria una república democrática que brindará
felicidad y prosperidad a sus habitantes mediante la plena garantía de la
libertad, igualdad y dignidad humanas. Esto es lo opuesto al corrupto y
opresivo régimen comunista en Cuba en donde no existe libertad, felicidad,
prosperidad, igualdad, ni dignidad. Si Martí viviera sería el primero en unir a
los cubanos dentro y fuera de Cuba para derrocar la tiranía de los hermanos
Castro.
Si Martí fuera un
exilado cubano viviendo en los Estados Unidos en el siglo XXI estuviera opuesto
por el levantamiento del embargo sin que el régimen sanguinario de Raúl Castro
cumpliera con la Ley Helms Burton. Esta ley exige que Cuba tenga que
restablecer todos y a cada uno de los derechos reconocidos en la Declaración
Universal de Derechos Humanos, de la cual Cuba es signataria, como paso previo
a normalizar relaciones diplomáticas y la eliminación del embargo.
Martí se dio cuenta
que el marxismo o socialismo es “la futura esclavitud” del mundo y predijo lo
que pasaría con las naciones que adoptaran el socialismo. Entre el forjador de
la nación cubana y Marx existió un profundo abismo. La doctrina martiana
predicaba el amor y la libertad y no el odio y la lucha de clases del marxismo.
Martí escribió la siguiente crítica sobre el socialismo:
“El hombre que quiere
ahora que el Estado cuide de él, para no tener que cuidar él de sí, tendría que
trabajar entonces en la medida, por el tiempo y en la labor que pudiese el
Estado asignarle, puesto que éste, sobre quien caerían todos los deberes, se le
darían naturalmente todas las facilidades necesarias para recabar los medios de
cumplir aquéllas.
De ser siervo de sí
mismo, pasaría el hombre a ser siervo del Estado. De ser esclavo de los
capitalistas, como se les llama ahora, iría a ser esclavo de los funcionarios.
Esclavo es todo aquel que trabaja para otro que tiene el dominio sobre él, y en
ese sistema socialista dominaría la comunidad al hombre, que a la comunidad
entregaría todo su trabajo.”
No existe mejor
descripción de la Cuba de hoy, y de los marxistas del mundo y de los Estados
Unidos, que la que escribió José Martí hace más de un siglo. Desgraciadamente,
algunos cubanos que viven en la isla oprimida han identificado a Martí con los
Castros y lo detestan. Pero al llegar a tierras de libertad, cuando estos
cubanos conocen la grandeza del Apóstol, lo vuelven a admirar y querer.
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