Napoleon decía "Le tengo mas temor a Fouche en la retaguardia, que a los ejercitos prusianos en el campo de batalla.."
Por José M. Izquierdo. (josemizquierdo@hotmail.com)
En estos
tiempos, el hombre más temido en los círculos políticos de Estados Unidos se
llama James Comey, director del FBI, un hombre que ha demostrado manejar con
inteligencia los secretos de las intimidades de las prominentes figuras de la política
doméstica. Al igual que el influyente político francés Joseph Fouché, que desempeñó
un papel importante en la Francia de finales del siglo XVIII y principios del
XIX, Comey usa las mismas técnicas para ser el centro de control político detrás
del escenario visible, tanto en las pasadas elecciones presidenciales, como en
el comienzo presidencial de Donald Trump.
Nadie puede dudar, que en las
investigaciones sobre los correos electrónicos de la excandidata presidencial
Hillary Clinton, la injerencia Rusa en la política doméstica y el espionaje de
la administración de Obama a la Torre Trump, Comey dijo y revelo, lo que estimo
necesario y conveniente en cada momento y se guardó, secretos necesarios que
aseguraran el margen adecuado para su seguridad, con maestría absoluta.
Napoleón decía; “Le tengo más temor a Fouché
en la retaguardia, que a los ejércitos prusianos en el campo de batalla” y
Comey, puede muy bien compararse con este oscuro y célebre personaje. Se revelo
como un maestro de primera línea en los enredos de salón, que enturbiaron la
campaña de Hillary Clinton, al manejar el escándalo de los correos electrónicos
de Clinton con maestría impecable, llego
a ser en esa época, posiblemente el hombre más temido por la excandidata
Clinton, sin que nadie pudiera acusarlo de tomar partido entre los dos
candidatos a la presidencia. A dicho y declarado en cada momento, lo
estrictamente necesario para cumplir con su obligación profesional, mandándole
un mensaje “Invisible” a todos que dice entre líneas; “Yo se mas, pero lo digo
si me conviene, así que pórtense bien”.
En la comparecencia del director del FBI
James Comey ante el comité de inteligencia de la cámara de representantes, se esperaba que
Comey revelara entre otras cosas, si existió una orden del expresidente Barack
Obama para grabar las comunicaciones de la Torre Trump y por supuesto, Comey se
fue por la tangente declarando que el FBI, carece de información que demuestre
que el expresidente Obama, ordenó expiar a Trump durante las elecciones. Pero
hay que preguntarse; ¿Esta respuesta tan profesional y ética es totalmente
cierta?, Por supuesto que no, hay más tinta en el tintero, pero como anteriores
ocasiones, Comey
maneja los hilos de la intriga política a la perfección.
El portavoz de Obama Kevin Lewis dijo en un
comunicado; “Ni el presidente Obama ni ningún funcionario de la Casa Blanca
ordenaron espiar a ningún ciudadano estadounidense”. Un presidente no puede ordenar escuchas telefónicas, en principio,
sólo un tribunal puede autorizar ese tipo de decisiones. Pero estas
declaraciones están apegadas a lo que dice la ley y a cuidar la imagen del
expresidente Obama, no expresan la realidad y lo que necesitamos saber es, ¿Que
paso en realidad?
Por supuesto
que nunca una orden para hacer algo ilegal como espiar a una personalidad,
saldrá de la boca de un presidente o de los funcionarios más cercanos al
presidente en la Casa Blanca, pensar eso es infantil. Pero eso no quiere decir
que no se halla expiado los teléfonos de la Torre Trump, siempre ha habido y
habrá ese tipo de espionaje encubierto y máximo, en una campaña donde la prensa
daba por segura la victoria de Hillary Clinton, pero la realidad sorprendió a
muchos. Lo que nadie esperaba en esa época, es que Trump ganaría las elecciones
y después como presidente tendría acceso a información clasificada, que lo
llevaría a saber cosas incómodas y peligrosas para sus enemigos políticos. Tanto
Comey como la prensa saben la realidad, pero insisten en desviar la atención
del problema. Para ese tipo de trabajo sucio, existen los agentes encargados de
correr ese riesgo, de aquellos que saben que si son descubiertos, sencillamente
tendrán que cargar con la culpa en silencio y nunca, pueden embarrar al jefe,
Si se trata de investigar si hubo espionaje
en la torre Trump, con seguridad será confirmado en algún momento. Pero si se
trata de saber si fue Obama quien dio la orden, nunca podrán culparlo
directamente aunque incuestionablemente si se investigó a Trump, Obama lo
sabía.
Por ese camino nunca sabremos la verdad, dilataran
y confundirán más a los incautos, ganaran tiempo y seguirán adelante con la
campaña de desinformación y ataques al presidente Trump, y eso es precisamente
lo que se busca. ¿Como se explica la filtración de las conversaciones entre Trump
y el presidente de Méjico Peña Nieto, donde supuestamente Trump amenaza al
presidente de Méjico, si no se estaba filtrando esa conversación”. ¿Cómo se
explican las filtraciones a la prensa de la conversación telefónica entre el
primer ministro de Australia Malcolm Turnbull y Trump, si no se estaban
filtrando esa conversación?
La revelación que La Torre Trump fue
espiada, lo confirman las palabras de devin Nunes, presidente del Comité de Inteligencia de la
Cámara de Representantes, que ante periodistas de forma sutil para no levantar
polvo, preciso sin embargo que las comunicaciones de Trump pudieron ser
interceptadas de forma indirecta y legal, matizando la aceptación del espionaje
con un accidente involuntario, y tratando que las cosas queden ahí. Por el
momento, se trata de opacar el incidente y pronto se guardara en la gaveta del
olvido, quizás, tengamos que esperar a que James Comey se retire y escriba sus
memorias, para conocer más detalles sobre la intromisión Rusa en las pasadas elecciones
presidenciales y la investigación de la administración de Obama a la Torre
Trump.
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