"...RAUL MARTINEZ SE CREIA HEREDERO NATURAL.."
Por Don Sindulfo Vinagreta.
Tras un largo rodeo para lograr llegar a
Rancho Luna, donde las reparaciones de la calle Flagler, ha convertido al
restaurante en un lugar de difícil acceso; llegó don Sindulfo, en espera del
arribo del señor director y su inseparable Adam Dehoy, que le habían citado con
la intención de discutir sobre los
sucesos que acontecen, en el pueblo.
Don Sindulfo había llegado disfrazado de periódico
comunitario, para esperar la llegada del señor director y casi al momento de
salir del disfraz, llegaron los esperados compañeros.
– ¡Don Sindulfo! –Exclamó el señor director– Me
complace verle, luego de casi un mes que no hablábamos…
– ¡Cierto! Hemos estado muchos días sin hablarnos,
mientras sucedían muchas cosas interesantes.
– ¡Bueno!... pues comencemos. ¿Por dónde
podemos hacerlo?
– Escójalo usted… yo creo que todo tiene
importancia, solo que hay cosas importante para unos, que no lo es tanto para
otros.
– ¿Y como sabemos que es lo que más interesa a
nuestros lectores?
– ¡Uuhh! Eso solo lo saben los buenos
periodistas… y no sé si hay alguno entre nosotros…
– ¡Caramba, don Sindulfo… no nos menosprecie…
creo que…
– No importa lo que usted crea, señor
director… lo que es, es. ¡Qué le vamos a hacer...!
– Usted siempre emendado me la plana,
–concluyo, el señor director visiblemente molesto–
– No lo tome usted con tanto dramatismo, –acotó
don Sindulfo– la auto sinceridad es una virtud, que no todos poseen… pero a la
que debemos aspirar…
– ¡Ya! Déjese de filosofar… también el talento
lo es… y no sé si usted cree tenerlo.
– Le doy un punto…
– ¡Gracias! –Apostillo el director sin
abandonar su enojo– Pero trabajemos que a eso hemos venido.
– ¡Sí! Por cierto, ¿podemos pedir algo
mientras hablamos, o lo dejamos para el final?
– Déjese de tanta premura, y comencemos el
trabajo…
– O.K.… Podemos comenzar preguntándonos, los
motivo por la que según me informaron, Radio y TV. Martí, hace tres meses apago
las torres retransmisoras, de su sede en el noreste de Miami, y ahora le compran
el servicio a una empresa española, y están retrasmitiendo desde un satélite de
dicha empresa.
– Y ¿por qué usted piensa que lo han hecho?
–Preguntó con marcado interés el director–
– Lo
que le puedo decir, –continuo don Sindulfo– es que hay quienes creen que ha
comenzado el desmantelamiento de Radio y TV Martí. Con los recortes ordenado
por el presidente Trump, y el hecho de que no han nombrado un nuevo director,
ni parece que se vaya a hacer, y si le agregamos que están “rentando” el
servicio de transmisión. No sería difícil presumir, que radio y TV Martí, se convertirá
en breve en un departamento secundario en la voz de los Estados Unidos, al
estilo de Radio Europa Libre, o las transmisiones para el Medio Oriente… O sea,
que le bajarían la categoría y mudarían para Washington.
– Es lamentable y preocupante.
– ¡Si lo es…! En ambos casos. Esto
significaría cesantías, pérdida de influencia, de la poca que quedaba. ¡O sea!
Un desastre para el tema cubano.
– ¿Y dónde quedan los que aseguraban que el
presidente Trump, cumpliría, o cumplirá sus promesas a la Brigada 2506.
– Están por ahí, tomando café en el Versailles
o aquí en Rancho Luna… y tal vez soñando con pajaritos preñados… Desde luego,
todavía podemos esperar que no se cumpla el desastre final. ¡Hay que tener Fe!
– ¡Fe! ¿Cómo el que pueden tener –ironizó el
director– los empleados de América TeVe.
– ¿Y qué ocurre con América TeVe? –Preguntó
don Sindulfo con interés–
– No bromee usted don Sindulfo. ¿No ha leído
usted su propio periódico?
– Le recuerdo, que el periódico no es mío, –ironizó
ahora don Sindulfo– es de usted y yo lo leo cuando sale de la imprenta, no
antes.
– ¡Bien, le recomiendo un artículo escrito por
nuestro redactor en jefe, que trata sobre este asunto.
– ¿Sobre la Fe? ¿Es algo religioso?
– Léalo don Sindulfo, ya se enterará.
– Lo leeré… ahora quiero comentar con usted,
el revolú formado tras el anuncio de Ileana Ros Lethinen de que no volvería a
aspirar nuevamente a su puesto en el Congreso Federal. Esa fila es más larga
que la línea ecuatorial
– Usted siempre exagerando.
– Cierto, es una forma de hablar. Pero hasta
este momento pasa la docena de aspirantes, de todo tipo y partido…
– ¿Partido?
– ¡Si ¡ me refiero a demócratas y republicanos
y hasta independientes. Algunos han esperado treinta años…
– ¡Treinta años!
– Si. Por ejemplo Raúl Martínez, que se creía
heredero de esa posición tras la muerte de Dante Fascell, quien era demócrata,
se rumora que está en la lista de aspirantes. El siempre se ha quejado de que
le tendieron una trampa para sacarlo del juego, en aquel entonces.
– ¿Así es la cosa?
– Bueno, esa queja me la refirió a mí hace
varios años, pero no me atrevo a ninguna opinión. El hecho concreto es que se
refugió en la alcaldía de Hialeah. Y las dos veces que aspiro fuera de ella, no
tuvo éxito
– ¿Y ahora podría lograrlo? –Indagó el
director–
– No lo sé. Creo que sería un buen candidato,
pero el tiempo pasa, y ahora hay una nueva gama de votantes, que ya no se
identifican con lo ocurrido hace treinta años. Además son muchos los
aspirantes, que incluyen a Anette Tadeo, Raquel Regalado, el Comisionado
Barreiro, Carlos López Cantera, hablan de David Rivera, incluso mencionan a Joe García y otros mas, entre
ellos Anitere Flores y otros congresistas estatales, que han vencido su tiempo.
La lista es larga…
– ¿Y a que usted atribuye, que Ileana Ros
Lethinen, que ha resultado invicta desde siempre, se retire?
– La respuesta es difícil y ciertamente
especulativa. Creo que hay más de un motivo. Y en la primera línea está el que
ya no tiene a su jefe de campaña. Me refiero a Enrique Ros, –su padre– que era
brillante. El distrito ha cambiado mucho, ella se ha alejado de la base de su
partido, los años pasan factura. En especial en política. Tal vez también esté
presionada por asuntos familiares. Hay toda una bandeja para tratar de explicar
los motivos de su decisión. Y seguramente, más pronto que tarde algún colega le
preguntará.
– Creo que debemos apresurarnos para ser
nosotros quien lo haga…
– ¿Ya podemos almorzar?
– ¡Caramba! Don Sindulfo, se me ha hecho
tarde…
– ¡Sí! Ya sé, me invitará la próxima vez…
– (…)
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