"Recuérdese al exilio de los rusos blancos amenazados de expulsión en Paris..."
Por Santiago Cardenas MD.
La intelligentsia cubana en el exilio
ha sido coherente con su pueblo. Ha adversado al marxismo y durante seis decenios, con errores y
virtudes, ha hecho propuestas para superar el daño castropológico en la isla.
Se supone con un mínimo de compasión en
los juicios, un poquitito de amor cristiano,
con buena voluntad y siguiendo la lógica más elemental que eso es precisamente
lo que tenía que hacer. Sin embargo "eso" les molesta a algunos. A
los pedantes consensuados. Ver más abajo.
La dignísima Academia de la diáspora agrupada
en torno a; o en la línea del icónico maestro Jaime Suschliki no tiene nada que
consensuar. Es una expresión natural y legítima de su pueblo, a quién refleja fielmente: la voz educada,
grácil y culta de los que no tienen voz. Su parto eutócico, sin fórceps se hizo despacio, acudiendo no a fantasías,
sino a realidad es muy concreta desde
los ayees de los huérfanos y la brutalidad de las requisas hasta los
olores de las mojoneras.
No se sabe el porqué las víctimas del
comunismo, incluyendo sus intelectuales, no "caen simpáticas”. Recuérdese
al exilio de los rusos blancos amenazado
de expulsión en París. La Academia tory cubana,
agrupada en el ICCAS no ha sido ni será
la excepción de ese determinismo histórico, máxime cuando con coherencia y democracia es la expresión culta
y educada, pero intransigente, de un
pueblo sufriente al cual ha representado con facilidad por ósmosis social. Las
trapisondas de los comunistas cubanos no han sido fantasías. Por eso nunca hubo
necesidad de un acuerdo o consensus entre la Academia
y su pueblo. Fueron, desde los
mismos inicios, la misma cosa.
La
anti academia miamera –bajo el influjo de las
barras del Saratoga, quién sabe si de Paseo y Línea, – está conformada por snobistas
blancos, de buena posición, con amnesia selectiva, un poco de narcisismo intelectual
y acceso fácil a la media. Pedantes que miran por encima del hombro. Pero, lo
principal es su desprecio por todo lo que huela a exilio, cuando es verdadero.
Sí; necesitan consensuarse porque por su fragilidad y su poca importancia camino
van del basurero de la historia.
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