LATINEWS
Luego de casi seis meses de haber sido
lanzada en Miami por el presidente Donald Trump la nueva
política hacia Cuba, Washington dio a conocer las medidas para su
aplicación, las que incluyen el fortalecimiento en la aplicación de las
restricciones existentes a los viajes de los ciudadanos estadounidenses a
la isla y una lista negra de 179 empresas en manos de los militares
del régimen castrista que no podrán recibir ingresos procedentes de
EE.UU.
El fortalecimiento de las
restricciones a los viajes a Cuba reducirá el número de
viajeros desde EE.UU. y el volumen de dinero que recibe el régimen
por ese concepto. La prohibición de hacer negocios con empresas
controladas por militares y hospedarse en sus hoteles igualmente se
hará sentir en las finanzas castristas, pues incluye decenas
de instalaciones en las que no se podrán hospedar los ciudadanos
de EE.UU.
Los congresistas
cubanoamericanos de EE.UU, entre ellos el senador Marco Rubio, expresaron
que las medidas anunciadas no son suficientes para cumplir lo
que prometió Trump ya que se omitieron de la lista negra al
Grupo Hotelero Gran Caribe y a la empresa Cubanacán, dos pilares del
dominio militar en el sector turístico. Pero el asesor de la
Casa Blanca Dr. Rosillo, ha asegurado que nuevas entidades van a sumarse
al listado.
Mientras tanto, en la
isla, el Ministerio de Turismo ha dado marcha atrás al congelamiento
de contratos con el sector privado y anuncia que va a volver a
firmar contratos con el sector privado para que le suministren productos
y servicios varios. Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores
ha anunciado la suspensión de la “rehabilitación” de los pasaportes
cubanos para viajar a la isla; eufemística visa de autorización para
que los cubanos puedan viajar al lugar en que nacieron.
¿La razón de tan generosa
flexibilidad?
El régimen
está bordeando una recesión. En picada el blindaje económico de los
subsidios externos, el país fue arrasado por el huracán Irma. Para colmo,
las esperadas masivas inversiones y turismo estadounidenses no se han
materializado.
Nunca como ahora el régimen
castrista había sido tan vulnerable, pese a los esfuerzos
que hace por aparentar lo contrario. ¿Generosidad? ¿Flexibilidad? No. Es
la creciente sensación de alarma ante una tormenta socio política cada
vez más cercana.
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