"Fue la táctica, la inteligencia y la osadia de Troski quien trazó y ejecutó brillantemente..."
Ramiro
Gómez Barrueco Ex preso político. Escritor. Empresario.
La mentira es la piedra angular de los
castillos de espejismos y de intolerancia de las revoluciones totalitarias.
Mentiras acompañadas de su hermana mayor La Calumnia; intolerancia inseparable
de su guardaespaldas El Terror. Son los espejuelos negros que impiden el paso
de la luz que proviene de la libertad de poder escuchar, mirar y probar. La
comparación es un sacrilegio político en el rito sagrado totalitario.
Diversionismo ideológico. Traición a la patria.
El Ministro de Propaganda NAZI Joseph Goebbels
sostenía que una mentira repetida muchas veces se convertía en una verdad. Sólo
en el océano de desinformación pangermánica podía flotar la gran mentira de que
el holocausto judío jamás existió.
Cuando en el Segundo Congreso del Partido
Socialdemócrata Ruso (año 1903), Lenin se retiró con un número de delegados,
nombró a su grupo “Bolchevique” (Mayoritario) y bautizó al resto como
“Mencheviques” (Minoritario). Resulta que fue exactamente al revés y el futuro
Partido Bolchevique (1912) nació precisamente de una mentira. Años después los
Mencheviques todavía poseían más diputados en el parlamento ruso que los
Bolcheviques.
Estamos tan acostumbrados a vivir en la
mitología revolucionaria que casi todos pensamos que fue el genio estratégico
Lenin quien concibió, dirigió y ejecutó
la victoriosa Revolución de Octubre. Falso, falso, falso y falso. Su
estrategia era “La Revolución Proletaria“, aprobada por el Comité Central del
Partido: Stalin, Sverdlov, Boubnov, Uritski y Dzerzhinsky (enemigos acérrimos
de Trotski). Ellos pretendían el absurdo,
infructuoso e irrealizable, de coordinar una huelga general de decenas
de millones de obreros a través de los miles de gremios existentes en el
inmenso país.
Fue la táctica, la inteligencia y la osadía de
Trotski quien trazó y ejecutó brillantemente el golpe de estado clásico de
Octubre. Trotsky organizó pacientemente 2000 hombres y se apoderó del Palacio
de Invierno y del control del estado. Fueron sus hombres los que tomaron El
Acorazado Aurora, las estaciones de trenes, agua, gas, electricidad, teléfono y
telégrafo. Yatenían el poder en la mano y Lenin, sin comprenderlo, seguía
disfrazado clandestinamente. Durante el Segundo Congreso
Panruso de los Soviets, Trotski le dijo sonriente y burlón: ¿Porqué sigue usted disfrazado? Quítese la peluca.
Los vencedores no se esconden.
El Camino de Yenán de La Revolución China no es
más que la variante estratégica asiática basada en que el fin justifica los
medios. Baste decir que con ochenta años “El Gran Timonel”, Mao Tse-tung, como
un hipopótamo flotante, rompió records de natación en el Rio Yang Tse; para
muestra un botón.
Fue en este lodazal ético de odios y mentiras
donde se zambulló La Revolución Cubana. Repetidamente negaron ser comunistas
para reconocer que siempre lo habían sido (12/22/61); mentira y traición a
vivos y muertos. Las elecciones prometidas se convirtieron en ¿Elecciones para
qué? Días después del discurso ¿Armas para qué? pusieron un impuesto para
comprar armas y aviones. Los 20,000 muertos revolucionarios se convirtieron en
menos de 2000 entre batistianos y revolucionarios. Después de miles de
fusilamientos, reconocidos públicamente por Ernesto Guevara y por Fidel Castro,
se atreven a jurar que nunca han fusilado ni torturado.
Ante la evidencia de 29 víctimas diplomáticas
norteamericanas y canadienses, los argumentos castristas descabellados y el
show teatral para tratar de eludir su ineludible responsabilidad, merecen
reservar balcones. Mariela Castro dice que es una ficción como La Guerra de las
Galaxia. El Vicepresidente Díaz-Canel lo considera una patraña. Viven de la
mentira y en la mentira.
Todos aquellos que creyeron que La Revolución
no era comunista, que murieron 20000 personas, que harían elecciones libres,
que no necesitaban armas, que nunca pidieron (por escrito) a Krushev la guerra
nuclear con USA, que en Cuba nunca se fusiló ni se torturó, que Cuba no tiene
armas electromagnéticas (demostrado por la Comisión PEM); ahora deben culpar a
las 29 víctimas por protagonizar un episodio de ciencia ficción. Para los
creyentes castristas es evidente que los equipos detectores de sonidos
norteamericanos son mediocres y sólo las declaraciones de “los honestos” altos
oficiales del Ministerio del interior no admiten dudas. Las ondas sonoras que
afectaron los tímpanos y cerebros imperialistas, sin afectar a un solo cubano,
fue un concierto de grillos y cigarras nacionalistas.
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