"Cuando se escriba la historia definitiva, -ahora es una noticia en desarrollo- los atracos de esta compañia mediran la ética de esta y otras ciudades..."
Recientemente Radio y TV Martí nos deleitaron con siete reportajes investigativos
acerca de Odebrecht-Mariel. Quedó demostrado, una vez más, que el carro del
exilio tiene una buena luz larga y muy mala la corta. Por supuesto, no
se trata de estos periodistas
"martianos" cuya prioridad es la isla; sino de los "otros":
los siempre alertas y combativos en nuestra prensa cotidiana. Al parecer ahora
sufren de mal de Alzheimers selectivo.
Odebrecht-Miami, –una prolongación por definición y derecho propio de los
negocios de la mismísima
América Latina–, fue, es uno de los mayores destinos de inversión de Marcelo Odebrecht en
el mundo. No lo voy a inundar a Ud. de cifras o estadísticas. Si dudas tiene, puede
preguntarle al mismo Marcelo, que puede
ser visitado en la cárcel y al parecer es locuaz. Una entrevista sería bienvenida y memorable.(Me entero hoy:
luego de cumplir dos años de dieciséis, ya regresó a su casa bajo
"vigilancia" mínima, gracias al perdón tradicional de la Nochebuena/2017).
Pero, Ud. no tiene que ir al lejano Brasil. Puede darse una vueltecita por nuestro aeropuerto, el túnel o las
ampliaciones de los expressways. La inversión es faraónica y el billete está a ojo$ vista.
Cuando se escriba la historia definitiva, –ahora es una noticia en desarrollo–, los atracos de
esta compañía medirán la ética de ésta y otras ciudades y naciones en todo el
gran mundo de los negocios. El silencio
ominoso de la prensa de Miami habla por
sí mismo.
Muchos de nuestros periodistas
continúan haciéndose los suecos o siguen tratando a la opinión pública como
tarada compuesta por retrasados mentales a los cuales se les puede tomar
el pelo impunemente. Y esto seguirá
siendo válido hasta que se investigue hasta el detalle las andanzas de
Odebrecht en Miami. Esta ciudad con sus notables antecedentes de corrupción no puede
quedar al margen de las investigaciones. Que no hay santos en el South West.
(En algunas notas sueltas del internet se ha dicho, sin evidencia, que la fiscalía en Miami ha investigado
exhaustivamente sin encontrar algo. Exhorto a que me informe quién, dónde y cuándo
se hizo pública esta investigación.)
Antonio Jorge Hernández un culto experto cubano brasileño me decía que el
problema reside en que las "computadoras de la compañía fueron hundidas
oportunamente en el fondo de la bahía de Biscayne". Pienso que, aunque
posible, esto una coña de mi buen amigo. De ser cierto, el asunto se pudiera resolver con buzos motivados y un poquito de pasión
investigativa, la cual escasea en el Condado de Miami-Dade.
Tal vez José Alberto Gutiérrez, el brillante periodista de Martí Noticias que investigó Odebrecht en Cuba, le arregle la
luz corta al carro del exilio del que
hablé al principio y nos pueda deleitar con algunos capítulos adicionales de su
serie.
Entonces: habrá calambrina generalizada. Y.... a alquilar balcones para el mejor espectáculo judicial de los inicios del siglo XXI.
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