Una publicación del Instituto de Estudios
Cubanos
"Como presidente Diaz-Canel no tiene autoridad constitucional para nombrar el gabinete de "su admnistración."
Por Pedro Roig.
Durante más de
diez años, la "Gerontocracia" marxista dirigida por el general Raúl
Castro (86) y Machado Ventura (87) se ha dedicado cuidadosamente a seleccionar
a la nueva generación de líderes para integrar un círculo de poder más joven.
El 19 de abril de
2018, Miguel Díaz-Canel fue designado presidente del Consejo de Estado y de Ministros
por el "Poder Popular" de Cuba, un obediente parlamento decorativo.
El nombramiento de Díaz-Canel encaja en el proceso de sucesión dinástica,
implementado gradualmente para empoderar a los hijos, hijas y aliados cercanos
de la elite del poder en posiciones destacadas. Una exhibición alucinada de
locura para el cadáver no enterrado del marxismo-leninismo.
Sin embargo, en un
frenesí de titulares engañosos, algunos medios informaron que Raúl Castro
estaba "transfiriendo la antorcha del poder al gobierno de
Díaz-Canel", cuando en realidad Castro permanece como Primer Secretario
del Partido Comunista (hasta 2021), el "más alto" fuerza dirigente de
la sociedad y el Estado. "(Capítulo 1, Artículo 5 de la Constitución
actual)
El control
absoluto de Raúl Castro está por encima de todo y de todos, incluido Miguel
Díaz-Canel. Como presidente, Díaz-Canel no tiene la autoridad constitucional
para nombrar el gabinete de "su administración". En el Consejo de
Estado, cada miembro tiene un voto, incluido Díaz-Canel, y las decisiones se
toman por mayoría simple. (Capítulo X, Artículo 91 de la Constitución actual).
El sistema cubano-marxista-leninista sigue siendo totalitario con los militares
y el Partido Comunista liderando el proceso de sucesión. En 60 años, poco ha cambiado.
El capitalismo, la propiedad privada, la libertad individual y la economía de
mercado siguen estando prohibidos en la Cuba comunista. (Un automóvil y una
casa son las excepciones)
La insistencia en
la irrealidad del dogma obsoleto de Cuba se basa en la necesidad de los
gobernantes de pretender que las cosas existen cuando en realidad no existen.
El Parlamento cubano es una farsa; la economía es un desastre y las elecciones
son una farsa embarazosa. Los cubanos existen en un ambiente tóxico permanente
de mentiras. Cuba es un país de engaños sin paliativos e incoherentes. La
mentira es tan penetrante y masiva que la gente ya no se da cuenta de la total
falsedad de la verdad. Esta enfermedad ética deforma el carácter de la gente y
es la causa raíz de la corrupción prevaleciente generalizada de la sociedad y
las instituciones marxistas.
Los militares
controlan la mayor parte de la economía, a través del "Grupo de
Administración Empresarial" (GAESA), que incluye varias operaciones
ilegales altamente lucrativas. (Principalmente del cártel militar de drogas de
Venezuela) El presidente de GAESA es el yerno de Luis Alberto Rodríguez
Callejas, Raúl Castro.
La revolución es
un fracaso económico y moral. El sistema comunista está podrido hasta la médula
por la corrupción, la ineficiencia y la codicia. En 2018, Cuba enfrenta
perspectivas económicas severas, y la salud de Raúl Castro es un tema de gran
preocupación.
La crisis
económica
• La devastadora
destrucción del huracán Irma en la infraestructura nacional esencial.
• La debacle
venezolana ha reducido más del 65 por ciento de las exportaciones de petróleo a
Cuba y reducido drásticamente los ingresos multimillonarios en dólares del
servicio médico (el subsidio de salud)
• Más del 75 por
ciento de la comida debe comprarse de fuentes extranjeras.
• Disminución en
la producción y el precio del níquel.
• Cerca del
colapso de la industria azucarera. El resultado es el rendimiento más bajo en
más de un siglo en 1,1 millones de toneladas de azúcar en bruto.
• Disminución de
los inversores extranjeros, el impacto negativo de una doble moneda y la
relación disfuncional entre los salarios y la productividad.
• Fracaso de la
Zona Económica Especial de Mariel. De los 400 proyectos de inversión originales
en Mariel, solo 35 permanecen activos y 10 son realmente operativos.
Los discursos de
línea dura de Díaz-Canel son una pobre imitación de Fidel Castro, el showman
supremo. Es evidente que Díaz-Canel carece de carisma y tiene un desempeño
pobre, pero el espectáculo debe continuar. La revolución comunista cubana es un
cadáver no enterrado, un trágico legado de una inmensa catástrofe moral y
económica.
* Pedro Roig es
Director Ejecutivo del Instituto de Estudios Cubanos. Roig es un abogado e
historiador que ha escrito varios libros, entre ellos La muerte de un sueño:
una historia de Cuba. Él es un veterano de la Brigada 2506.
No hay comentarios:
Publicar un comentario