"Asi las cosas, el viajecito de Obama fue memorable..."
Por Santiago Cárdenas.
No todo fue malo. El discurso en el Teatro Alicia, en el país de las maravillas, tuvo sus quince minutos de gloria. Y el equipo de Tampa, los Devils Rays, (el nombrecito se las trae), la ciudad insignia de la infiltración, ganó el juego de pelota entre los bostezos de las focas amaestradas en las galerías controladas por los CDR S.
Tan pronto como el Air Force One despegó
en una alejada pista de segunda clase en Boyeros, Leticia y el Enanito, –los comisarios
autorizados,– comenzaron la des obaminización
de Cuba en el mono canal de la televisión isleña.
El negro papelazo del imperio estuvo completo. Sin embargo, sirvió para dejar en claro tres cosas:
Primero: que el sistema, el stablishment estadounidense, está herido de
muerte por el síndrome de Ana Belén, la espía insigne. –
Segundo: que con los comunistas no
hay arreglos, aunque les enseñes el culo, en lugar de los dientes. “A las buenas e ma’ peor”, como dijo
Cheo Liborio, el de Hialeah, que no fue a Harvard, pero tiene dignidad.
Y
tercero, que existen cubanos desde
los saladriga-doers
hasta los “académicos” de pacotilla que les
interesa mas sus bolsillos y/o su ego, que su patria.
Así las cosas, el viajecito de Obama fue memorable. Cada ficha y cada quién
quedaron en su lugar y ya sabemos a qué
atenernos. Sabemos, además, que nuestros monseñores son “neutrales” ante la
iniquidad. Perdonan a sus deudores en el padrenuestro; pero no quieren que los
liberen del mal. Amen.
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