Y si es mala esa noticia, nada
edificante es la otra. Según testimonios recogidos por Radio Martí,
padres
y madres de los alumnos se sienten muy presionados y disgustados por las
exigencias materiales que presentan las escuelas a los padres para el nuevo
curso.
Como dijo la filóloga Dalila
Rodríguez, de Camajuaní, Villa Clara, a los alumnos les exigen una mochila,
medias blancas, uniformes, y zapatos con ciertas características y esas son
cosas muy difíciles de adquirir cuando el salario promedio en Cuba es de
algo menos de 30 dólares al mes. Por cierto, ese salario es
precisamente la cifra mínima de la ONU para definir la extrema pobreza
en África y otras regiones.
También a los padres les exigen
que abonen 1 o 2 dólares para comprar ventiladores para las aulas.
Pero a menudo ocurre que “al curso siguiente ya los ventiladores no
existen", como narró a Radio Martí la activista Yudaxis María
Pérez, en Colón, Matanzas.
La forma en que el gobierno va
a “solucionar” el déficit de docentes expresa por sí sola el desastre
educacional. Se pondrán a estudiantes a impartir clases, y serán
contratados recién graduados y maestros jubilados. Pero de entrada, ese
cuarto millón de alumnos sin maestros llenarán miles de aulas sin maestros
titulados a lo largo de la isla.
Claro, la ministra no dijo que el
éxodo de maestros se debe al bajísimo salario que reciben. Prefieren
convertirse en "repasadores" abrir una paladar, trabajar en
el turismo, ser bicitaxistas, o vender croquetas
hechas en casa.
Entre 2009 y 2017, un total
21,600 maestros y profesores abandonaron las aulas, según la Oficina
Nacional de Estadística e Información. En el curso finalizado en 2009
hubo 270,038 maestros, pero en el de 2017 ya eran solo 248,438.
Datos oficiales revelaron que
de 19,859 plazas disponibles en 2015 para cursar estudios pedagógicos, solo
se matricularon 4,398 personas. Es decir, 15,461 plazas (casi el 80%) se
quedaron sin cubrir. Nadie se interesó por ellas. Jovencitos
sin aptitud para la enseñanza sí se alistan en esos planes pero para
evadir el Servicio Militar Obligatorio. ¡Valientes maestros!
Las escuelas y universidades
cubanas tienen una dramática orfandad tecnológica e informativa. En
esta época de innovación permanente que abre una nueva era para la
humanidad, ahora basada en el conocimiento, el panorama de la
educación en Cuba es triste y desalentador.
No hay acceso libre a internet, ni programas de estudios
propios del siglo XXI. Faltan libros de texto, así como equipos
imprescindibles para las clases y las prácticas de laboratorio. Los edificios
y muebles sueltan los pedazos. La corrupción campea entre el
profesorado y el alumnado. Con regalitos al “profe” no pocos alumnos
“resuelven” ser aprobados fraudulentamente.
Condenar a los cubanos a
este atraso educacional -en la era de internet y la revolución
tecnológica permanente- por culpa del obsoleto régimen totalitario, debiera
ser considerada un nuevo tipo de crimen de lesa humanidad.
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