"Trabajo por 32 años, pero ahora como jubilado recibe (10 dolares al mes) y si no hurga en la basura tambien pasa hambre..."
FHRC
Por
mucho que se repita que en 1958 el pueblo cubano era uno de los que más
alto ingreso per cápita tenía en Latinoamérica, nunca será suficiente. La
lacerante pobreza que hoy sufre la otrora próspera isla se encarga de poner
el tema sobre la mesa constantemente.
Con
el transcurso de los años se ha constatado el absurdo kafkiano de que a
medida que pasa el tiempo los cubanos son cada vez más pobres.
Un
periodista independiente de Bayamo informó sobre el riesgo para la salud que
corren muchas personas pobres de esa ciudad que cotidianamente
hurgan en el basurero municipal en busca de desperdicios
de comida para alimentar animales, desperdicios electrónicos,
zapatos recuperables, desechos médicos, etc.
Se
trata de desempleados, jubilados, y expresos que no encuentran trabajo
y viven en situación de extrema pobreza, tal y como la
califica la ONU. Colectan basura para venderla a la empresa estatal de
materias primas y tener así algún ingreso.
Lo
que disparó la alarma del reportero, Yunior Berges, es que
en ese basurero se vierten los desechos del hospital
provincial. Las mangueritas y bolsas de los sueros y de
los equipos de hemodiálisis. No importa que sean una fuente de
contagio de enfermedades graves. Recoger y vender desechos como
materia prima es una forma extrema de una suerte de cuenta propismo de la
miseria.
“No
es mucho, pero cuando los reúnes unos días te da para comer, aunque sea dos o
tres días", le dijo al periodista un “buzo” que dijo
llamarse Maikel. Otro, Alberto Tamayo, explicó que su esposa
está muy mal, los riñones no le funcionan y es diabética. El trabaja de
guardia en una cooperativa agropecuaria, pero lo que gana no le alcanza
“para nada, si no recojo materia prima nos morimos de
hambre", afirmó.
Un
jubilado que se identificó como Misael dijo que vive solo y no
tiene quien lo ayude con sus gastos. Trabajó durante 32 años, pero ahora
como jubilado recibe 240 pesos (10 dólares) y si no hurga en la basura
también pasa hambre.
Estos
buceadores de vertederos soportan estoicamente la peste, las moscas,
el fango y el humo altamente tóxico que hay en el
basurero. Y manipulan desechos médicos que pueden causarles enfermedades,
o la muerte.
Por
su parte, el gobierno reveló con fanfarria que el salario
promedio mensual en la isla subió en 2017 hasta 767 pesos (($30.68
USD), desde los 740 pesos ($29.60 USD) de 2016. O sea, que se
incrementó en $1.08 USD
Ese ridículo aumento
salarial está muy lejos de cubrir siquiera la tasa de inflación que existe,
aunque el gobierno la oculta, es elevado y devora cualquier
aumento de salario de tan poca cuantía.
Además, esos $30 mensuales
constituyen la cifra límite que la ONU ha
estado utilizando para identificar la “pobreza extrema” en las
naciones más pobres de Asia y Asia, o sea, un dólar diario. Con
esa miseria no pueden satisfacer varias de sus necesidades básicas
para vivir, como la disponibilidad de alimento, agua potable,
techo, etc.
Que los
diplomáticos de la ONU -en particular los de FAO, OPS y OIT- le
pregunten a Maikel, Albert y Misael, si ellos pueden satisfacer
sus necesidades más elementales con lo que ganan hoy en la
Cuba “revolucionaria”. O que visiten alguno de los
barrios insalubres que se han multiplicado asombrosamente por toda
la isla.
Moraleja:
luego de casi 60 años de “construir el socialismo”, Cuba es más
pobre que nunca. Su atraso social y
económico se acerca a
los niveles dramáticos del África Subsahariana y el
Sudeste de Asia. ¿Habrá todavía quien piense que tanto sacrificio valió
la pena?
Fundación
para los Derechos Humanos en Cuba (FHRC)
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