"En este momento, la expectativa de un levantamiento popular en Cuba es poco probable..."
Un "elefante negro", como lo
describió el columnista del New York Times, Thomas Friedman, es "un cruce
entre un cisne negro –un evento
imprevisto, raro y de baja probabilidad con enormes ramificaciones– y el
elefante en la habitación: un problema que es ampliamente visible para todo el
mundo, sin embargo, nadie lo quiere abordar, aunque sabemos absolutamente que
algún día tendrá consecuencias enormes, como un cisne negro”. Para mí, el
término“elefante negro”describe adecuadamente los desafíos para una transición
democrática en Cuba Después de seis décadas de gobierno totalitario.
Al contemplar el
futuro de Cuba, en términos de una genuina transición del gobierno totalitario
a la gobernabilidad democrática, muchos observadores perciben una especie de
levantamiento popular no muy diferente a la ola revolucionaria de la Primavera
Árabe que comenzó con la Revolución tunecina de 2010. Ese movimiento de
violentos y no violentos Las manifestaciones, protestas, disturbios, golpes e
intervenciones extranjeras se propagaron rápidamente a Libia, Egipto, Siria,
Bahrein y otros lugares de la región. Desafortunadamente, las esperanzas de que
los movimientos de la primavera árabe resultaran en una mayor participación democrática
resultaron infundadas. A partir de este 2018, solo el levantamiento en Túnez ha
dado lugar a una transición hacia la gobernabilidad democrática.
En este momento,
la expectativa de un levantamiento popular en Cuba es tan poco probable como
una metáfora negra para un evento que está más allá del ámbito de las
expectativas normales. El término se basa en un antiguo dicho que
presumiblemente no existía cisnes negros, y se usaba a menudo como una
declaración de imposibilidad. Cuando se descubrieron los cisnes negros en
Australia en 1697, el término tomó el significado de una imposibilidad
percibida que podría luego demostrarse. Esperemos que este sea el caso cubano.
Pero, una razón
por la que teorizo que un levantamiento popular en Cuba es improbable se
deriva de la fisonomía política de la población cubana actual: su elefante en
la habitación, una alegoría de un tema controvertido o emocional, que aunque
obvio para todos, se ignora deliberadamente porque La discusión abierta causará
vergüenza o tristeza. El lenguaje también implica que el problema no se
resolverá solo.
El elefante de
Cuba en la habitación es su "incivilidad". Incivilidad es un término
general para el comportamiento social que carece de virtud cívica. El déficit
de las virtudes cívicas de Cuba se ha desarrollado como resultado de décadas de
gobierno totalitario. Los atributos que constituyen la virtud cívica son una
preocupación de la ciencia política, pero, en esencia, por virtud cívica nos
referimos a los hábitos de vida personales que son críticos para el éxito de
una nación como la tolerancia, la bondad, el respeto, la humildad, la gratitud,
el honor, la industria. , coraje, fidelidad, y más.
Los indicadores
sociales como los índices de matrimonio y divorcio, los hogares monoparentales,
la abstinencia entre los adolescentes, los índices de aborto, la asistencia
religiosa, etc., suelen ser utilizados por los científicos sociales para medir
la cultura cívica de una población. Esta cultura cívica refleja las creencias
fundamentales que dan forma a cómo vivimos nuestras vidas y cómo consideramos
nuestros deberes cívicos. Es la "ecología moral" (el término de
Michael Novak) lo que determina si una sociedad libre prospera o se destruye a
sí misma. Hay una escasez de datos sociales cubanos confiables, pero lo que
está disponible no habla bien de la cultura cívica actual de Cuba.
Jorge Luis Borges,
en referencia a sus compatriotas, comentó una vez que “el argentino tiende a
carecer de una cultura moral, no de intelectual; le preocupa menos que lo vean
como inmoral en lugar de tonto. La deshonestidad, como sabemos, disfruta de la
veneración de todos, se llama criolla sabio criolla ”. Del mismo modo, entre
los cubanos esta actitud de criolla que viveza, que ignora las reglas y busca
lagunas, es casi una fuente de orgullo nacional.
El éxito de una
república libre depende de las virtudes cívicas de la ciudadanía y, en
consecuencia, la virtud cívica se convirtió en la brújula moral de los
fundadores de los Estados Unidos. John Adams lo expresó de esta manera:
"La virtud pública no puede existir en una Nación sin Virtud privada, y la
Virtud pública es la única Fundación de Repúblicas". Y James Madison
declaró: "Suponer que cualquier forma de gobierno asegurará la libertad o
la felicidad sin ninguna La virtud en la gente es una idea quimérica”.
Esta falta de
virtud cívica es el elefante negro de Cuba que pisa dolorosamente en mi corazón
cubano.
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