Bombas en los
tejados y paredes desnudas:
Así quedó el Museo del Prado durante la Guerra
Civil
La Guerra Civil puso en peligro el patrimonio cultural: en otoño de 1936 el Museo del Prado inicio un tortuoso traslado de obras
David del Río
1936.
La Guerra Civil ha estallado y Madrid es el objetivo de las fuerzas
sublevadas. Mientras el futuro del país se decide en el campo de batalla, su
patrimonio corre peligro. El 30 de agosto el Museo del Prado cierra
sus puertas y ese mismo otoño, comienza el traslado de sus obras.
En la celebración
de su Bicentenario, el Museo dedica una sala al recuerdo de lo que sucedió
durante aquellos años. «Esta es la única sala del museo que carece de
pinturas», explica Javier Portús, museólogo y comisario de la exposición.
Lo que hay en su lugar son dos grandes fotografías. «Una de ellas es una
fotografía poblada de gente, poblada de espectadores que están mirando pinturas
del Prado, y no están el Prado sino en Cebreros (Ávila), a donde llegó
el museo circulante», explica Portús.
La República puso
en funcionamiento esta muestra itinerante que acercó copias de obras de arte,
de varios museos, a más de 170 poblaciones españolas. Los muros del Prado, tal
y como atestigua otra fotografía, permanecieron desnudos. «Lo que muestra es una
de las salas del museo completamente vacía y con la huella en las paredes
de haber tenido allí colgados los cuadros», relata Portús. «Así es como quedó
el museo durante la Guerra Civil».
Fuera de esas
paredes, Madrid era escenario de la guerra. Nueve proyectiles, de los numerosos
que llovieron sobre el Paseo del Prado, aterrizaron en el tejado del
propio museo. «No se conservaron», lamenta Javier Portús, «pero un
particular donó al museo un proyectilque había podido rescatar de las inmediaciones».
Las obras del
museo vivieron su particular odisea. De Madrid fueron a Valencia; de ahí, a
Barcelona y, después, a Figueras. Terminaron en las Sede de la Sociedad de
Naciones, en Ginebra (Suiza). Entre ellas, pinturas tan célebres como «Las
Meninas», de Velázquez, o «Los Fusilamientos del 3 de mayo», de Goya.
Finalizada la contienda y tras un periplo de casi tres años, regresaron a
la pinacoteca española sanas y salvas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario