"Existe constancia de tres artículos que envio Marti al periodico La Nación y otro a la Opinion Pública, ambos en Uruguay..."
Por Santiago
Cárdenas.
Cuando en los primeros días de 1880 Martí, de 27 años de edad, desembarcó en
New York por segunda vez, para hacer de esa ciudad su residencia definitiva, la
pasión por el baseball y su enorme
popularidad estaba in crescendo entre los estadounidenses de todos los sectores
y clases sociales. Nueva York era la cuna de ese deporte desde que Alexander Cartwright
hizo las 20 primeras reglas en 1845, que permitieron a su equipo el Knickerborcker Baseball Club jugar el primer partido oficial de este juego al año siguiente.
Dieciocho años antes de la llegada
de Pepe Martí, se había construido en
Brooklyn el primer stadium: El Unión
Ground. Solamente cuatro años antes de su arribo a la Metrópolis la Liga Nacional
había disminuido el salario de los
jugadores y aprobó una cláusula de reserva
que causó una airada protesta entre los peloteros.
Existe constancia de tres artículos
que envió Martí al periódico La Nación y otro a la Opinión Pública ambos en Uruguay y uno al partido Liberal donde habla del juego de la pelota, como él lo
llamaba.
Por orden cronológico; he aquí los
extractos.
– Julio de 1883:… “el mes de junio
es,…. de lances de pelotas y de boliches”….;
–Junio de 1884: “los niños gustan más de pistolas y pelotas que de libros….
o se entran a la callada, a escondidas
de la policía, en un patio a jugar a la pelota”…..;
Agosto de 1887: Señor Director de El
Partido Liberal:…. “de jugadores de pelota,
que es un juego desgraciado y
monótono que perturba el juicio”……;
–Junio de 1888: …,” hay peloteros que dejan la universidad para pelotear como oficio,…..tanto que muchos
peloteadores de éstos reciben por sus dos meses de trabajo, mas
paga que un director de banco”….
–Agosto de 1889: Señor Director de
La Opinión Pública, Uruguay…. “se ha dado el deshonor de que un mozo de prendas
abandonase, ya al acabar, la abogacía, porque como abogado, habiendo tantos, espera
poca paga y mucha fatiga; y de pelotero…… dan diez mil pesos al año”.
EL FANATISMO DE
LAS MUJERES
Hay una foto muy bien conservada de
Martí en un stadium. Fue tomada en una
grada de pelota en 1890 en Long Island. Aparecen sentados en la de abajo la
niña de diez años, María Mantilla, separada de
Pepe por José María Sorzano,
también sentado. En la grada superior Praxides Sorzano, Isabel Mena y Pilar
Correo. Todos los adultos eran de Santiago de Cuba y amigos de Martí.
En 1888 en una crónica dijo: “no
solo gana fama en la nación, enamorada de los
héroes de la pelota [el macanero (jonronero) al dar la vuelta a las
cuatro esquinas del cuadrado donde están los jugadores] y aplausos de las
mujeres muy entendidas en el juego.”
LA SERIE
MUNDIAL DE 1885
Un año antes escribió: “En cada solar hay un desafío de pelota….Otros
entretienen los calores de junio jugando a la pelota”….
Publicó en Nueva York el 19 de septiembre de 1885:...”
Y es septiembre un festival prolongado, sin día que no sea acontecimiento,…. Porque
los “nueve” de Chicago vencen en el juego de pelota a los nueve “neoyorquinos”….
MARTI EN UN
HOME RUN HISTORICO Y PATRIOTICO.
Había clubes en Tampa y en Ybor City (El Niágara, El Cubano y El Porvenir Baseball Clubs). También en Cayo Hueso (Fe; Habana) Ambos eran lugares
visitados por Martí. En Key West el equipo
“Cuba” de Agustín “Tinti” Molina se enfrentó a uno de los EEUU. Para recaudar
fondos patrióticos, en presencia de
Martí, que estaba acompañado por
José D. Poyo.
Tinti, siendo un adolescente se había infiltrado en la isla poco antes
llevando propaganda revolucionaria, regresando a Key West de donde era native. Aquella tarde de los inicios de
los 90, a los diecisiete o dieciocho años, conectó un macanazo, como
llamaba Martí al homerum, de tal magnitud
que la pelota fue a caer al lejano océano.
Años más tarde Tinti Molina se unió a una
expedición mambisa dirigida por Emilio Núñez.
Murió en Cuba en 1961, a los 88 años de edad. Con seis pies, 180 libras y
diestro fue cátcher, primera base y manager de varios clubes profesionales
hasta su retiro (1931) en Cuba y en las Ligas Negras de EEUU.
Molina nunca pudo olvidar lo que le relató al periodista deportivo Fausto Miranda el mismo año de su
muerte. Martí pidió conocer al autor del jonrón y pudo observar cuando le estrechó
la mano “la mirada firme pero agradable y entusiasta del revolucionario por
aquel triunfo beisbolero de los cubanos que era como un buen presagio de la lucha que pronto iba a comenzar”.
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