domingo, 24 de noviembre de 2019

EL HAMBRE HAMBRE


"Raúl Castro y Díaz-Canel, juntos para inaugurar el nuevo hotel de superlujo de La Habana.."

'Este nuevo hotel demuestra que no nos invade el desconcierto', asegura el viceministro
 primero de Turismo, Juan Carlos García.

DDC


Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel cortaron la cinta en el acto oficial de inauguración del hotel SO Paseo del Prado, instalación con categoría cinco estrellas plus, administrado por la cadena francesa de instalaciones de alto estándar Accor.
Paseo del Prado completa el trío de establecimientos de cinco estrellas plus de La Habana Vieja, con los que el Gobierno espera seguir atrayendo viajeros de alto poder adquisitivo, y es el primero en América de la marca de lujo SO/ del grupo francés Accor y su noveno en el mundo, según EFE.

Ubicado en la privilegiada esquina del histórico Paseo del Prado y el Malecón habanero, el hotel cuenta con 36 pisos y 250 habitaciones, 36 de ellas suites, y un elegante diseño inspirado en el ballet, el son cubano y la salsa. Su entrada en funcionamiento coincide con los festejos por los 500 años que la capital de Cuba cumple el próximo 16 de noviembre.
La consejera delegada de Accor para América del Norte, Centroamérica y el Caribe, Heather Mc Crory, agradeció al Gobierno cubano "por proporcionar las condiciones necesarias que han permitido que este proyecto tome forma y florezca".
"Cuando el mundo celebra las ricas tradiciones del pasado de La Habana, este proyecto señala un futuro exitoso, tanto para el turismo de Cuba como para Accor en América", dijo.
Junto a los hoteles Manzana Kempinski, regentado por la compañía suiza Kempinski, y Packard, administrado por la española Iberostar, el Paseo del Prado, ubicado muy cerca de ambos, será uno de los principales reclamos de la ciudad de cara al sector de turismo de lujo, en un momento de crisis económica en el que el Gobierno de Cuba necesita atraer visitantes extranjeros.
"Este nuevo hotel demuestra que no nos invade el desconcierto. El país sigue vivo, funcionando y desarrollándose económicamente", dijo el viceministro primero de Turismo, Juan Carlos García.
Esta semana, la prensa oficial presumió de un intenso movimiento constructivo en zonas de La Habana que ratifican la apuesta del Gobierno cubano por el desarrollo de la infraestructura y capacidades turísticas, pese a la baja del sector por las restricciones a los viajes impuestas por Washington y en medio de la crítica situación de la vivienda que sufren los cubanos.
"Un cielo de grúas en movimiento tiene La Habana. Grúas repartidas en proyectos, lo mismo en el centro histórico como en las zonas más modernas de Miramar y el Vedado. Hace cinco años esos 'elevadores' reinaban casi en solitario en la antigua Manzana de Gómez —hoy Hotel Kempinski. Ahora no son difíciles de encontrar; delatan inversiones en marcha", destacó el sitio oficial Cubadebate.
Según datos oficiales, solo este año está previsto abrirse una docena de instalaciones, algunas hasta hace poco deterioradas, hasta alcanzar la meta de 3.808 cuartos.
El medio admitió que el programa constructivo se sigue adelante en medio de una "situación compleja" para de forma inmediata justificar con recientes "advertencias" de Miguel Díaz-Canel. Según el gobernante no se puede esperar el fin del embargo "para construir la planta hotelera", pues de lo que dispone el Gobierno para "pagar créditos, materia prima e invertir, proviene del turismo".
El turismo internacional hacia Cuba registró desde enero hasta el cierre de septiembre un decrecimiento del 6% en comparación con igual etapa de 2018. Ya el año pasado, el Gobierno tuvo que redirigir sus esfuerzos de promoción turística hacia Rusia, Latinoamérica y Europa, para intentar salvarse de la caída del mercado estadounidense.
Los esfuerzos no fueron suficientes, pues la llegada de turistas a Cuba se desplomó un 23,6% en julio. Los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) ya habían mostrado un desplome del 20% del arribo de visitantes extranjeros en junio, el mismo mes en que Washington prohibió las visitas de cruceros a Cuba y dificultó a los ciudadanos estadounidenses. obtener una exención a la prohibición para viajar a la Isla.


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