"La tesis de Hirschman es que un individuo con una relación decepcionante o fallida tiene tres opciones..."
Salida, voz y lealtad: las
respuestas al declive en empresas, organizaciones y estados, es el título de un
libro de 1970 del economista y politólogo Albert O. Hirschman. Hirschman,
nacido en Alemania en 1915, vivió una vida plena e intrépida. Fue educado en la
Sorbona y en la London School of Economics, y luego se ofreció como voluntario
para luchar del lado de la República española en la Guerra Civil española.
En la Segunda Guerra Mundial,
Hirschman ayudó a escapar de muchos de los intelectuales prominentes de Europa,
llevándolos desde la Francia ocupada a través de los Pirineos y luego a
Portugal. De 1943 a 1946 sirvió en el Ejército de los Estados Unidos en la
Oficina de Servicios Estratégicos, un antecesor de la Agencia Central de
Inteligencia.
Hirschman celebró prestigiosos
nombramientos académicos en economía en la Universidad de Yale, la Universidad
de Columbia, la Universidad de Harvard y el Instituto de Estudios Avanzados.
Recibió numerosos premios a lo largo de su vida, y en 2001 fue nombrado entre
los 100 mejores intelectuales estadounidenses, según lo medido por citas
académicas. Hirschman murió en los Estados Unidos en 2012 a los 97 años.
Exit, Voice, and Loyalty no es
un cambio de página, sino que se convirtió en un libro influyente de lectura
obligatoria para los científicos sociales. La tesis de Hirschman es que un
individuo en una relación decepcionante o fallida tiene tres opciones. Esa
persona puede irse, quejarse o aguantar en silencio.
Las tres opciones son
aplicables a circunstancias comerciales, personales o políticas. Y, aunque el
enfoque de Hirschman en el libro se centra principalmente en las
organizaciones, los partidos políticos y las elecciones de los consumidores, su
trabajo también es esencial para comprender las elecciones hechas por los
inmigrantes y los exiliados políticos: irse, protestar o resistir en silencio.
En el esquema de salida, voz y
lealtad de Hirschman, "salir" es abandonar un país al migrar a un
estado nación diferente; "Voz" es la opción de articular el
descontento; y "lealtad" es lealtad al régimen de gobierno o su
ideología. Aquí estoy pensando en la salida, la voz o la lealtad, como las
opciones disponibles para la ciudadanía de regímenes opresivos como los de
Cuba, Venezuela y otros lugares donde la opción de voz se ha truncado.
Es necesario tener en cuenta
que, incluso en regímenes represivos, siempre hay una cierta lealtad al
gobierno. Todos los regímenes necesitan al menos un mínimo de aceptación por
parte de algunos sectores de la población para mantener la legitimidad y las
capacidades operativas de sus instituciones. Sin alguna medida de lealtad, las
instituciones políticas y económicas del régimen no podrían operar ni
sobrevivir, por ejemplo, las fuerzas armadas. Esto deja la salida y la voz,
como las opciones mutuamente excluyentes disponibles para aquellos que no son
leales a un régimen.
En el análisis de Hirschman, la
voz es un esfuerzo de la gente para cambiar las prácticas del régimen. Él
define la voz como cualquier intento de cambio, en lugar de escapar de un
estado de cosas objetable. La voz es un concepto complejo porque "se puede
graduar, desde murmullos débiles hasta protestas violentas". También
señala que la salida anticipada de las voces de mayor calidad paraliza la voz
al privarla de sus agentes principales.
Cuando la opción de salida no
está disponible, la voz es la única opción para cualquier oposición. En opinión
de Hirschman, "... el papel de la voz aumenta a medida que disminuyen las
oportunidades de salida". Por otro lado, cuanto más fácil es la opción de
salida, menor es la posibilidad de voz. "Por lo tanto, la presencia de la
alternativa de salida puede tender a atrofiar el desarrollo del arte de la
voz". Sabiendo esto, los regímenes opresivos tienen mucho tiempo para que
los enemigos políticos y los críticos se retiren de la esfera nacional.
La formulación de Hirschman de
Salida, Voz y Lealtad es poderosa y válida. Sin embargo, pasa por alto el uso
de la salida como un medio para obtener recursos para un ejercicio de voz más
contundente. Este fue el caso de mi generación de exiliados cubanos que
abandonaron, principalmente buscando los medios y la oportunidad de regresar y
derrocar al régimen opresivo de Cuba. El desembarco de la Brigada 2506 en la
Bahía de Cochinos en 1961 y otras acciones emprendidas en las décadas de 1960 y
1970 ejemplifican las razones de esta salida.
Hoy, nuestras voces son más antiguas y suaves, pero
aún leales a la libertad.
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