lunes, 18 de julio de 2016

DICTADURAS MALAS Y DICTADURAS ACEPTABLES


Por Héctor Carbonell Arena

En la actualidad, vemos como algunas dictaduras son duramente criticadas por los organismos internacionales y los representantes de los países occidentales, esto me complace. Sin embargo, otras con un largo historial de violaciones de todo tipo son tratadas con guantes de seda, y hasta con las bendiciones de la santa madre iglesia, esto me disgusta. Veamos algunos ejemplos.
 Los Castros en Cuba han fusilado miles de ciudadanos. Nicolás Maduro no ha usado nunca el paredón de fusilamiento, y aunque también miles de venezolanos han perdido la vida, ha sido casi en su totalidad debido a la descomposición social provocada por el régimen. Los Castros han encarcelado cientos de miles de personas, la mayoría a largos años de presidio. Maduro solo llega a varias docenas. Los Castros han fomentado, entrenado y financiado guerrillas en casi todos los países latinoamericanos y ha enviado ejércitos a invadir naciones africanas. Chávez y Maduro solo han usado sus petrodólares para ayudar a sus socios ideológicos a llegar al poder y mantenerse en el. Raúl Castro, actual dictador, estuvo enjuiciado en un tribunal de este país por autorizar el tráfico de drogas de Colombia hacia Estados Unidos a través de Cuba. Ni Chávez ni Maduro han sido acusados personalmente por este delito, aunque si funcionarios muy allegados. Tres Papas han visitado a  Cuba, pero no quieren saber de Maduro. Los Castros le robaron a Estados Unidos miles de millones de dólares en propiedades. Maduro ha hostigado pero no ha confiscado ninguna empresa norteamericana.


Creemos que ambos gobiernos debieran ser repudiados con igual fortaleza, pero si hubiera que establecer alguna diferencia, este repudio tendría que ejercerse con mayor fuerza contra aquellos regímenes que por más tiempo y con mayor crueldad han ejercido la represión contra sus pueblos. Pero, la realidad es muy distinta. Comprobémoslo.
          El gobierno de Barack Hussein Obama ha restablecido las relaciones diplomáticas con los Castros sin que estos hayan cambiado un ápice ni la represión interna ni las intervenciones externas, les ha liberado espías condenados a cadenas perpetuas y se ha burlado de la ley Helm Burton otorgándole todo tipo de concesiones a los tiranos. Sin embargo, emite sanciones contra dirigentes del gobierno venezolano y amenaza con nuevas presiones contra Maduro. El secretario general de la OEA Luis Almagro, que ha declarado como uno de sus principales objetivos el reincorporar al gobierno cubano a su organismo, por otro lado lucha con fiereza justa para aplicar la Carta Democrática a la dictadura venezolana. El Parlamento Europeo acaba de aprobar una resolución instando a las autoridades venezolanas a poner en libertad a los presos políticos, mientras que sus representantes viajan constantemente a Cuba con la intención de mejorar las relaciones económicas y políticas, claro tratando siempre de no lastimar la sensibilidad de los Castros. No son los únicos, muchos líderes latinoamericanos han ido a Cuba como hembras en celo a retratarse con el macho cubano.
           En Junio 28 del 2009 el Tribunal Supremo de Honduras, en uso de sus facultades constitucionales, aprobó por unanimidad la destitución de Manuel Zelaya debido a sus ilegales medidas tratando de llevar su país al socialismo del siglo XXI. El Congreso designó para terminar el período restante, por mayoría abrumadora, a su presidente Roberto Micheletti, todo esto con el beneplácito del Tribunal Supremo Electoral, los candidatos presidenciales de los principales partidos y la bendición del cardenal de la iglesia católica.
   A pesar de todas estas legitimaciones, el presidente Obama y su secretaria de Estado Hillary Clinton desconocieron el gobierno, organizaron alianzas en su contra y hasta cometieron la infamia de suspender la visa de Estados Unidos a Roberto Micheletti. La insulsa OEA se rasgó las vestiduras por la “injusticia” contra Zelaya. La Unión Europea condenó la destitución de Zelaya y asómbrense Raúl Castro pidió el retorno de la democracia en Honduras. Chávez puso sus tropas en alerta y el resto de los mariposones comenzaron su hipócrita danza.
           Sin embargo, una monarquía totalitaria como la de Corea del Norte, responsable de la muerte de miles de norteamericanos, violadora de todas las normas del derecho internacional, que ha desarrollado armas nucleares con las que amenaza constantemente a sus vecinos es tratada con más respeto y consideración que a Micheletti. Se le otorgan ayudas para paliar las hambrunas que ellos mismos provocan y se les ofrecen diálogos para resolver las violaciones que cometen.
              La pregunta obligada sería ¿Por qué sucede esto? , creo que existe una razón principal y dos razones coadyuvantes. La más poderosa, sin duda, es la fortaleza y capacidad de reacción de la dictadura en consideración. Los Castros tienen la organización, los recursos y la voluntad para contraatacar cuando son agredidos y lo han hecho, por eso evitan enfrentarlos. Lo mismo sucede con Kim IL Jung, sobretodo ahora que tiene sus juguetitos nucleares. Sabemos que no le tembló el pulso para asesinar a familiares y generales, no creo que sea más compasivo con sus enemigos.
             Otro de los factores a considerar es la filiación política de la dictadura. Si son de izquierda la prensa internacional tiende a ser mucho más “comprensiva”, a justificar lo que en una dictadura de derecha puede ser un crimen injustificable. Recuerden que Pinochet eras un tirano criminal y Raúl Castro resulta ser un estadista moderado.
             La capacidad económica también influye en como son enjuiciadas las dictaduras. Cuando Chávez nadaba en la abundancia nadie osaba molestarlo, dondequiera lo recibían con honores. Los petrodólares compraron conciencias y cosas peores. Ahora que Maduro esta en la miseria todo el mundo está dispuesto a pegarle.
               Estas realidades son tristes y tienden a deprimir, pero si no se reconocen jamás podrán ser superadas.

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