lunes, 25 de julio de 2016

LA TOUR DISIDENCIA Y LA OPOSICION LEAL

Por Santiago Cárdenas MD
 
La oposición leal es un concepto ciento por ciento católico. Desde el solideo de su Eminencia Monsieur Le Cardinal saltó a las cabezas de dos de sus ovejitas periodistas (Payá las llamó los comisarios de Jaime), y a través de Palabra Nueva la “lealtad” se diseminó por el mundo.
El término por lo insólito generó múltiples estudios desde la academia y “pegó” en el mundillo  de  los cubanólogos y opinantes de ocasión. Lo de leal, no viene por Eusebio, el historiador, sino que presupone que existe una actitud desleal en cualquier oposición verdadera a los comunistas cubanos. Así de sencillo; así de trágico.
En  el  mundo ideal de la in volución cubana todo estaba preparado, antes y después de Castro, para darle una oportunidad a  los oposicionistas, verdaderos o no, siempre obsequiosos, pacifistas a ultranza, y con alergia al blanco, para sentarlos en las sillas del nuevo capitolio nacional remozado. Para eso está la nueva ley  electoral.
Que no falta gente para eso. No voy a mencionar los nombres  de mis sospechosos. Pero, una pista que los llevará a las cercanías de la verdad se puede encontrar en la foto histórica de Kerry con  los disi–opositores, entre croqueticas y mojitos, durante su visita a La Havana. Mis excusas por anticipado a los que se sientan aludidos. Se entiende, con buena voluntad, que  allí no todos se comportaron como sordomudos y que siempre la posibilidad de filtraciones estaba presente en las mentes de los asistentes con sus secuelas de persecución y acoso. Claro: “no son todos los que estaban; ni estaban todos lo que son”; según  nos recuerda el criollo gracejo.
 Pero, la realidad y la perversión intrínseca del sistema de la cual nos habló Pío XII , son muchos más tercas y evidentes que las buenas intenciones  del obispo emérito , la mañas de los  Castros y las lameculerías de  nuestro Presidente, accionando  un trípode de “com-unión” (este último también es un término muy católico).
 Se les jodió la  cosa. Amastrear una  oposición dócil y complaciente como entronizó el camarada Dzerhinsinky en el leninismo desde el mismo 1917 –se les fue a volina–; aunque el papalote de los  complacientes disi-opositores benevolentes aún se mantiene intacto esperando días mejores.
 En fin ,la postergación del programa  de la inserción de los leales se debe  a la  de la crisis  venezolana, el  níckel devaluado  de Murillo, el neo período especial y la calambrina que genera  un  pensamiento fugaz de perder el poder, aunque sea dentro de una Asamblea del Poder Popular de mediocres  domesticados. Réquiem para la oposición leal organizad... por el momento.
LA TOUR DISIDENCIA.
Es un subproducto de la anterior. Acuñé el término para referirme  a cualquier  disidente que usa y abusa de su privilegio de viajar al exterior  de  la isla de manera  frívola y/o  intrascendente. Dije privilegio.
 Al contrario de la oposición leal la tour disidencia  es muy secular y resultó en un éxito  evidente para el monopartido cubano. No en balde los oficiales del Ministerio del Interior y los de Inmigración han sido condecorados con honores en el Palacio de la Involución.
Cuando Ud. como dirigente de un grupo o movimiento contestatario dentro de Cuba sale al exterior  aprovechando el “permiso” que le concede momentáneamente una tiranía totalitaria, está aceptando tácitamente  disfrutar de un  status de excepción que no tienen los otros militantes de su grupo , ni los  miles de cubanos  de uno y otro lado del estrecho que lloran por una visa  y tienen una vara de hambre . Si  los viajes  se realizan frecuentemente a expensas del dinero ajeno y muchas veces para “resolver”  asuntos de poco o mínimo interés patriótico Ud.  está mordiendo la carnada de la “benevolencia y el descrédito” que le preparó la inteligencia cubana. No se haga el chivo loco. O salimos y entramos todos; o  no caemos en el jueguito. Si escozor estas líneas  le causan a alguien; que  me explique  qué haría Ghandi, del que tanto hablamos y estudiamos, en esta situación. Si dudas tiene  le recomiendo hablar con   un plantado. Posiblemente, muchos de los tour-disidentes no sepan  quiénes son, ni lo que hicieron. O lo saben; pero no les convienen  recordarlo.
No me gusta la tour disidencia. Nada personal; es solamente un problema de ética elemental.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario