domingo, 16 de octubre de 2016

LA EXPEDICION DE LOS TRECES "UNA LEYENDA CUBANA"

René León historiador y poeta

Recuerdo cuando iba de visita a Trinidad, como los viejos trinitarios hablaban con orgullo de los patriotas que la ciudad había tenido en tiempo de la colonia española. De cómo habían luchado por su libertad derramando la sangre, perdiendo sus propiedades, por sólo ver ondear la bandera de Cuba libre del despotismo español.

La historia de hoy, es sobre La Expedición de los Trece, que se organizó con la idea de preparar el terreno para una expedición grande que vendría de América del Sur. Organizada por el gobierno de Colombia. Fueron enviados a estudiar las posibilidades de un desembarco de unos 3,000 hombres al mando del General Páez. Los Coroneles Colombianos Juan de Betancourt y Juan José de Salas fueron los comisionados para organizar con los cubanos la posible invasión.

      Llegarón a Jamaica, donde se unieron a los revolucionarios cubanos Dr. Alonso Betancourt y Fernando Betancourt hermano del anterior, ambos de Camagüey; Santiago Zambrano, trinitario: Dr. Francisco Deza, habanero; Capitán Dolphy inglés, y cinco marineros ingleses. Un indio peruano asistente de Salas.

     Pues bien. En Jamaica contratan la  balandra inglesa Margaret. Salen de la bahía de Montago Bay el 4 de marzo de 1826  con rumbo a la costa Sur de Cuba en dirección al área de Romero, jurisdicción de Manzanillo, en busca de información con los revolucionarios del área, cosa que no les fue posible, por la cercanía de soldados españoles. Deciden ir a Trinidad. Considerada una zona de gran espíritu revolucionario y allí esperaban ponerse en comunicación con José Antonio Iznaga Borrell y PedroSánchez patriotas trinitarios.

      Llegan a la boca del río Agabama. Por un simpatizante revolucionario vecino del área se enteran que Iznaga no iba a estar en Trinidad. El Coronel Betancourt manda a Iznaga  y Sánchez,  con Salas una carta con información de los planes que ellos venían a coordinar. Salas decide ir por su parte a Trinidad, corriendo el riesgo de ser descubierto y se entrevista con Sánchez. Ahí se entera Salas que Iznaga estaba en el ingenio San José de Abajo. Salas acompañado de Alonso, Dolphy, dos marineros y el ayudante de Salas, trata de llegar a caballo con un conocido de Sánchez al ingenio pero el río no permite el paso.

      Iznaga recibe un mensaje de Betancourt que se dirija a la entrada del Agabama. Betancourt por cosas de la vida  encuentra a soldados españoles, a los cuales les inventa una excusa, que da resultado y puede seguir su camino para verse con Iznaga. Salas comete el error de que acompañado de Alonso, Dolphy, dos marineros y el ayudante, cogen un bote para ir en busca de caballos, y lo que encontraron fue soldados españoles. Salas le inventa una historia de que habían sido prisionero de un corsario  y le habían prometido a los corsarios de que los dejara en tierra y ellos pagarían la recompensa solicitada por los corsarios. El oficial español lo cree y los deja ir a San José de Abajo. (En que estaría pensando el oficial español. Después sería castigado por los superiores).

     Salas y sus compañeros llegaron al Margaret, pero con tan mala suerte, que serían cogidos prisioneros.

     Gobernaba Cuba en ese momento Capitán General Vives. La Comisión Militar Permanente. A petición del Fiscal (de origen cubano) Don Ildefonso Suárez, ordenaron la muerte en la Horca a: Los Coroneles Betancourt y Salas, Dr. Alonso Betancourt, Capitán Dolhy, Zambrano, dos marineros ingleses.    Como es natural las autoridades involucraron a vecinos de Trinidad como conspiradores siendo detenidos, y al pasar los días siendo liberados.
    En los archivos de la ciudad se encuentran informaciones no solo de la expedición, sino de las actividades de los revolucionarios cubanos.

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