Recuerdo cuando iba de visita a Trinidad,
como los viejos trinitarios hablaban con orgullo de los patriotas que la ciudad
había tenido en tiempo de la colonia española. De cómo habían luchado por su
libertad derramando la sangre, perdiendo sus propiedades, por sólo ver ondear
la bandera de Cuba libre del despotismo español.
La historia de hoy, es sobre La Expedición de
los Trece, que se organizó con la idea de preparar el terreno para una
expedición grande que vendría de América del Sur. Organizada por el gobierno de
Colombia. Fueron enviados a estudiar las posibilidades de un desembarco de unos
3,000 hombres al mando del General Páez. Los Coroneles Colombianos Juan de
Betancourt y Juan José de Salas fueron los comisionados para organizar con los
cubanos la posible invasión.
Llegarón a Jamaica, donde se unieron a los
revolucionarios cubanos Dr. Alonso Betancourt y Fernando Betancourt hermano del
anterior, ambos de Camagüey; Santiago Zambrano, trinitario: Dr. Francisco Deza,
habanero; Capitán Dolphy inglés, y cinco marineros ingleses. Un indio peruano
asistente de Salas.
Pues bien. En Jamaica contratan la balandra inglesa Margaret. Salen de la bahía
de Montago Bay el 4 de marzo de 1826 con
rumbo a la costa Sur de Cuba en dirección al área de Romero, jurisdicción de
Manzanillo, en busca de información con los revolucionarios del área, cosa que
no les fue posible, por la cercanía de soldados españoles. Deciden ir a
Trinidad. Considerada una zona de gran espíritu revolucionario y allí esperaban
ponerse en comunicación con José Antonio Iznaga Borrell y PedroSánchez
patriotas trinitarios.
Llegan a la boca del río Agabama. Por un
simpatizante revolucionario vecino del área se enteran que Iznaga no iba a
estar en Trinidad. El Coronel Betancourt manda a Iznaga y Sánchez,
con Salas una carta con información de los planes que ellos venían a
coordinar. Salas decide ir por su parte a Trinidad, corriendo el riesgo de ser
descubierto y se entrevista con Sánchez. Ahí se entera Salas que Iznaga estaba
en el ingenio San José de Abajo. Salas acompañado de Alonso, Dolphy, dos
marineros y el ayudante de Salas, trata de llegar a caballo con un conocido de
Sánchez al ingenio pero el río no permite el paso.
Iznaga recibe un mensaje de Betancourt que
se dirija a la entrada del Agabama. Betancourt por cosas de la vida encuentra a soldados españoles, a los cuales
les inventa una excusa, que da resultado y puede seguir su camino para verse
con Iznaga. Salas comete el error de que acompañado de Alonso, Dolphy, dos marineros
y el ayudante, cogen un bote para ir en busca de caballos, y lo que encontraron
fue soldados españoles. Salas le inventa una historia de que habían sido
prisionero de un corsario y le habían
prometido a los corsarios de que los dejara en tierra y ellos pagarían la
recompensa solicitada por los corsarios. El oficial español lo cree y los deja
ir a San José de Abajo. (En que estaría pensando el oficial español. Después
sería castigado por los superiores).
Salas y sus compañeros llegaron al Margaret,
pero con tan mala suerte, que serían cogidos prisioneros.
Gobernaba
Cuba en ese momento Capitán General Vives. La Comisión Militar Permanente. A
petición del Fiscal (de origen cubano) Don Ildefonso Suárez, ordenaron la
muerte en la Horca a: Los Coroneles Betancourt y Salas, Dr. Alonso Betancourt,
Capitán Dolhy, Zambrano, dos marineros ingleses. Como es natural las autoridades involucraron
a vecinos de Trinidad como conspiradores siendo detenidos, y al pasar los días
siendo liberados.
En los archivos de la ciudad se encuentran informaciones no solo de la expedición, sino de las actividades de los revolucionarios cubanos.
En los archivos de la ciudad se encuentran informaciones no solo de la expedición, sino de las actividades de los revolucionarios cubanos.
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