DON
SILDULFO VINAGRETA Y LO QUE SE AVECINA
– ¿Don
Sindulfo, llega usted muy contento…que le ha sucedido, qué vio, en fin qué ha
ocurrido para que usted haya perdido hoy su sempiterno e imperturbable
semblante? –le preguntó el director, que realmente lucía sorprendido–
–¡
Bueno debo aceptar que efectivamente, estoy, no contento, sino alucinado, y es
que recordé, mientras pedaleaba por Flagler, para llegarme aquí a la oficina,
las aseveraciones de algunos “gurúes” especialistas en política, que
pronosticaban la inexorable victoria de la inefable señora Clinton frente al políticamente
poco elegante Donald Trump…
– Me
suena que esos adjetivos que usted utiliza,
¿vienen cargados de ironía?
– ¡Y
hasta de cinismo!, si usted quiere, señor director… bueno, no sé como usted los
entenderá, pero, no es que me alegre por el resultado, que…debo reconocer, que
no me disgusta, sino todo lo contrario. Pero en especial, venia recordando a
algunos de esos especialistas de que le hablaba al principio, vaticinando, un
resultado muy diferente al ocurrido tras las elecciones presidenciales…y que
parece que eran la fuente de donde sacaban los números de aquellas encuestas
que decían que aquí todo había cambiado, que los cubanos exiliados, ya no
significaban nada, y que los nuevos cubanos jóvenes, pensaban muy diferente, y
que apoyarían al partido demócrata, algo que ahora con la definitiva muerte del
sátrapa, ha quedado desmentido…¿Recuerda usted las imágenes de los
manifestantes.. Jóvenes en su mayoría.
– ¡Cierto!
Pero Don Sindulfo, ya dejemos eso del resultado de las elecciones…
– No
es que me interese seguir dando la vuelta a esa noria, señor director, es que
recordar a politólogos, como Raúl Martínez,
anunciar hasta el por ciento de votos a favor y en contra; los análisis de
Roberto Rodríguez y hasta los de la “neo
politóloga” Ana Rivas Logan, que por cierto, hace un par de años se mudó de
partido, porque se quejaba de que no era apoyada como ella se merecía, según
sus propia palabras de entonces… o sea nada ideológico, o filosófico, sino la
búsqueda de apoyo político, y que por cierto tampoco ha encontrado dentro de su
nuevo partido. ¡Yo lo siento porque es muy atractiva!
–
¡Don Sindulfo, no pierda usted la compostura…
– ¿Me
niega usted que Ana Rivas Logan luce muy bien?
– ¡No
es eso...! Pero temo que sea mal entendidas sus palabras...
– No
tienen porqué, lo digo desde el respeto. Además de que lo que enjuicio es
precisamente su pobre, juicio sobre qué buscar dentro de un partido político…
aunque en realidad la mayoría... ¡la inmensa mayoría! de los que acostumbran
jugar a los políticos, no se mueven por valores filosófico, sino por pura
rentabilidad.
– Es
una acusación fuerte, pero creo que usted lo dice porque dentro de su
partido…
–
¿Cuál partido?
– ¿El
republicano?
– ¿Y
de dónde saca usted que soy del partido republicano?
–
¡Bueno por lo que usted menciona y los ejemplos que ha utilizado!
– Es
que ellos dijeron eso, y además hacían coro con algunos afiliados al partido
republicano, que hasta anunciaron que votarían por Hillary Clinton, entre ellos
un ex presidente estatal del partido republicano. No sé dónde estará metido
luego de lo ocurrido.
– Entonces,
si no es republicano, y evidentemente tampoco demócrata, ¿a qué partido
pertenece usted…? Libertario, Verde ¿O qué?
– A
ninguno. Soy un votante no afiliado. Mi cedula dice, bien claro: NPA. Pero
olvidemos un poco el resultado de las elecciones, como usted me pidiera, que ya
de eso tendremos mucho de qué hablar, una vez que el señor Trump tome posición
y comience hacer sus movidas.
–
Bueno, creo –dijo el director– que ya ha comenzado “su movida”, como usted
dice; con las nominaciones a todas las Secretarías, las cuales no han gustado a
los demócratas, como es lógico…
– Si
hay algunos que pretendían que les pidieran a ellos una lista con los
candidatos...
–
Sigue usted con su ironía. ¿Cómo va a ser eso? –Apostilló el director–
–
Bueno, tal vez no tanto, pero están descalificando a todos los nominados, es
como si no se hubieran dado cuenta que perdieron, y que el que pierde, paga.
Aquí se ha quedado más de uno con los bucles hechos. Me imagino que los
Arriola, tendrían ya las maletas abiertas, y escogiendo corbatas. Alguno que
otro estaban haciendo gárgaras para ver como sonaría su voz por Radio Martí,
pero… todo eso cambió y ahora serán otros los que sentaran a la mesa. Y no
seremos usted ni yo señor director…
– Ya
lo sé… y ahora que mencionamos a los que ganaron… ¿Qué espera usted de ellos?
– ¿¡A
los de arriba!?
– ¡S!
¿Qué espera?
– Si
todo sigue como apunta; esta administración no se va a parecer en nada a las
anteriores. Y la incógnita es si será pragmática y a la vez justa, o si
sacrificaran alguno de estos aspectos y si lo hacen… ¿Cuál?
–
Bueno, yo creo que el pragmatismo –sentenció el director– no tiene por qué
estar reñido con la justicia.
– No
debe estar… pero depende de cómo usted lo entiende.
– Es
cierto…Don Sindulfo lo invitaría a almorzar, pero…
– ¡Ya
se! ¡Ya se! No tiene tiempo, usted siempre está falto de tiempo, cuando de
invitar se trata…
– ¡Pero
Don Sindulfo…!
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