ATRÁS… QUEDABA TODO, –Memorias y ficción
Málaga (España)
De título sugerente que invita a la
lectura, ATRÁS…QUEDABA TODO se trata de una novela conmovedora, emotiva,
contada en primera persona por su autor, crucial para llegar a entender lo
acontecido en el pasado y para que quede constancia de lo que nunca debió haber
ocurrido. Es una historia de pérdidas. Es cierto que siempre todos dejamos algo
atrás, eso es inevitable, pero sí se podría haber evitado el dolor y el desgarro
que tanta gente inocente tuvo que padecer y que, aún hoy, sigue padeciendo en
otros lugares del orbe. No hay nada que justifique la maldad y crueldad a la
que puede llegar el ser humano bien por motivos políticos, económicos,
religiosos, o de cualquier otra índole.
Su autor nos
narra, a modo de relatos, ciertos pasajes de su vida que lo obligaron a
desprenderse de todo. Él dice que no es la historia de un héroe, pero sí lo es
porque poder tener la grandeza de comenzar una nueva vida, a la cual se llega
con las manos y el alma vacías, de forjarse nuevas metas e ilusiones, siempre
con la vista puesta hacia delante, y a la vez tener la fuerza y el coraje de
dar constancia de lo ocurrido, eso sí que es ser un héroe. Sólo iniquidad,
desenfreno, egoísmo fluían de corazones malvados. Por ello, un sinnúmero de
seres humanos, que cultivaban la maldad más negra y pestilente en su mundo
interior, no permitió que aquellos que caminaban por las sendas de la vida bajo
la bandera de la fraternidad plenamente solidaria y fecunda no llegaran a
realizar sus aspiraciones y proyectos, sus anhelos y deseos, que brotaban
constantemente de los manantiales de sus ideales.
Son nueve relatos
y un epílogo. El primero describe la tranquila vida de un pueblo y el despertar
al mundo de las pasiones de un muchacho en plena adolescencia, sus sueños, que
luego le arrebataron, y, cómo sucumbe a los encantos de ese primer roce
libidinoso, pero ya nos deja entrever los duros cambios que se avecinan.
El autor hace sus
propias conjeturas, y nos relata acontecimientos que, si en un principio,
podrían no tener importancia, también podrían significar el comienzo de lo que
poco después aconteció y que cambió por completo la raíz, las ilusiones y
esperanzas de todo un pueblo. “Con la claridad experimenté una desconocida
sensación mezcla de paz y desasosiego, de resignación y protesta”. Ya surgían
en su incipiente juventud sus “temores y sus preguntas sin respuestas”, hasta
que todo se perdió…
En “el horno de
los sueños” una vez más relata con suma maestría cómo los sueños incipientes se
van marchitando para construir una realidad cruel y despiadada. El lenguaje se
va recrudeciendo para manifestar el dolor insufrible: “mientras calentaba su
infierno de denso asfalto en su entraña ígnea”, o, “Con desconocida crueldad,
la historia era desmantelada y las viejas tradiciones satanizadas caían a
tierra como débiles torres de arcilla”.
Nos sirva, pues,
esta novela para que no se nos olviden las sabias palabras del filósofo, jurista,
político y orador romano Cicerón: “Quien olvida su historia está condenado a
repetirla”.
A colación
de todo esto, aprovecho para insertar las palabras que, con tanto acierto, expresó
Viktor Frankl, neurólogo, psiquiatra, sobreviviente del holocausto, quien
manifestó: “Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo una cosa: la última de
las libertades humanas –la elección de la actitud personal que debe adoptar
frente al destino– para decidir su propio camino”. Es evidente que estas
personas son héroes que hacen grande a la humanidad.
Muy buen análisis de la novela de Silvio Mancha, y como dice la comentarista la conocida escritora de Málaga Lola Benites: "Quien olvida su historia está condenado a repetirla", del famoso orador romano Cicerón.
ResponderEliminar