“Para un espíritu absurdo la razón es vana y no hay nada más allá de la razón.” Albert Camus
Por Pedro Corzo.
Es
posible que todos los regímenes totalitarios fundamentados en el liderazgo
carismático se caractericen por un falso sentido de la realidad y se
enrumbe con frecuencia a lo absurdo, a decisiones irracionales.
El
régimen cubano desafía la lógica con extrema frecuencia, pero no es lo peor, lo
lamentable es que cuenta con artesanos para instrumentar sus dislates y una
obediente servidumbre que acata lo que el liderazgo disponga.
Por
ejemplo, el opositor Vladimir Martín Castellano cumplió recientemente 30 días
en huelga de hambre porque las autoridades le niegan su derecho de viajar
libremente por la isla y le impiden asentarse en Puerto Padre para residir
junto a su esposa que vive en esa localidad.
En
víspera del Día de los Reyes Magos, la policía política decomisó en Cárdenas a
un grupo de Damas de Blanco juguetes que las activistas iban a entregar sin
condición de ninguna clase a un grupo de niños de esa ciudad, esa experiencia
se ha repetido a través de los años. En La Habana, otras activistas de las
Damas de Blanco sufrieron el mismo decomiso sin que mediaran razones.
El
código penal de la isla incluye figuras delictivas que solo pueden concebir
autores capaces de desarrollar una obra sustentada en el ridículo, en lo
absurdo, que a fin de cuentas es la trágica puesta en escena de una
interminable obra teatral en la que todos los cubanos hemos interpretado
algún papel.
Eugene
Ionesco, tampoco Samuel Beckett, entre otros,
hubieran concebido un desatino como el artículo 204 del código penal de
la isla que califica de actuación criminal la “difamación de los mártires de la
patria”, figura delictiva que implica prisión para quien que no acate
disposiciones que rinden tributo a los dioses del Olimpo gubernamental.
Ese disparate ya tiene atormentados. El ciudadano Darío Pérez
fue sancionado a un año de cárcel por no sentarse a ver en su centro laboral el
funeral de Fidel Castro por televisión y los hermanos Adairis y Anairis Miranda
Leiva y Fidel Acosta Leiva, han sido acusados de difamar del mártir
Castro y se encuentran en espera de juicio, por no haber honrado la memoria del
hombre que destruyó su país.
Hay varias personas
más bajo arresto por el simple hecho de actuar en base a su conciencia y no acatar
la voluntad de sus gobernantes, entre ellos el médico Eduardo Cardet y el
artista Danilo Maldonado conocido como el "Sexto".
Cardet, coordinador
nacional del Movimiento Cristiano Liberación fue arrestado violentamente días
después de la muerte del monarca. El galeno está acusado de no permanecer
dentro de su vivienda durante los interminables funerales de Fidel y el artista
libre, "El Sexto",
considerado "preso de conciencia" por Amnistía Internacional, lleva
detenido mas de cuarenta días por pintar "Se fue" en un
céntrico lugar de La Habana en alusión a la bienvenida muerte del
dictador en jefe, ya había estado preso por pintar con mucho juicio en dos
cerdos los nombres de Fidel y Raúl.
El régimen insular
dispuso un ciclo luctuoso que colocó a Fidel Castro en las mismas instancias
que los regímenes teocráticos asignan a sus Dioses vivientes cuando estos
parten definitivamente.
En Cuba se decretó un
duelo de nueve días que especificaba que "Durante la vigencia del Duelo Nacional cesarán las
actividades y espectáculos públicos, ondeará la enseña nacional a media asta en
los edificios públicos y establecimientos militares"…"La radio y la
televisión mantendrán una programación informativa, patriótica e
histórica", recordemos que ambos medios pertenecen al estado cubano.
El duelo se extendió.
La despedida de año también tuvo un crespón negro y celebrar la Nochebuena, que
por tantos años estuvo prohibida por decreto, era infringir la ley, en
realidad Raúl Castro demostró tener la convicción de que “Fidel es nuestro
papa”, como dijera en un discurso hace muchos años.
Murió el Faraón y todos sus súbditos, sus hijos, aunque
repudien la paternidad, tiene que estar de duelo, esa es la percepción del
dictador designado, todavía más, hasta los turistas fueron tocados por el
luto, se prohibió la venta de bebidas alcohólicas y los espectáculos musicales
fueron suprimidos, el día que la UNESCO declaró que la rumba cubana era
patrimonio de la humanidad, en la isla no se pudo escuchar ningún acorde
y como colofón, la delegación cubana dedicó el reconocimiento a Fidel
Castro, quien solo disfrutaba la armonía de los disparos de las armas que
estaban bajos su control.
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