Los Cien días de tregua que se dan a todos los presidents
Ayer, (02/16/2017) Trump
con su acostumbrado estilo informal reunido con la prensa, arremetió contra la
parte de la prensa que lo ataca por todo, tergiversando y desinformando a la
población con análisis, encuestas e
informaciones incorrectas, llamándola deshonesta y como es de esperar, los
periodistas honrados se han sentido ofendidos. ¿Cuál fue el error de Trump?, Creo
que generalizar, eso no es correcto, como en todo, hay periodistas y prensa
deshonesta y honesta, pero hacen más ruido los deshonestos que en estos tiempos
son muchos.
A Trump la prensa lo puede
acusar de prepotente, Altanero, déspota, mujeriego y todas las cosas más que
quieran inventar para denigrarlo, como hicieron durante la campaña
presidencial, sin embargo Donald Trump tiene “Defectos aun mayores”, que la
prensa oculta con toda intensión; Trump dice verdades dolorosas y contundentes,
además hay que reconocerle otro defecto imperdonable para sus enemigos
políticos; Está cumpliendo las promesas que hiso en su campaña electoral y por
lo cual el pueblo estadounidense le dio su voto, en menos tiempo que ningún
otro presidente en la historia de los EEUU que le antecedió, y eso la prensa
deshonesta, no se lo perdona.
La prensa y los que no
están de acuerdo con la política de Trump tienen que adaptarse a su estilo, es
diferente al de otros presidentes de EEUU, cada cual tiene su estilo y Trump es
directo y cortante. Es el presidente de los EEUU que ha llegado al poder con
menos compromisos con los tradicionales cabilderos de Washington, porque él
financio gran parte de su campana con su propio dinero y además, Trump no es un
político, es un empresario, que no está acostumbrado a “Dorar la píldora para
que el pueblo se la trague”, le dice “Al Pan, Pan, y Al Vino, Vino”, (Como
decía el conocido periodista Agustín Tamargo). Por supuesto, esta manera de
gobernar no es bien acogida por sus enemigos políticos que se aprovechan para
atacarlo, considerando la personalidad de Trump como un defecto irreconciliable
con su cargo, cuando otros ven su forma directa y cortante como un preciado
don.
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