“No Reconozco a este país”, es el título de
la columna del periodista Jorge Ramos hoy , Febrero 08 de 2017, en el Nuevo
Herald, en la cual continua su “Defensa” a los inmigrantes ilegales que están
en los Estados Unidos, que considero irracional y parte de un activismo
político sin ética profesional. Los Estados Unidos son un ejemplo a seguir por
gobiernos y pueblos del mundo que aspiren lograr la meta de una vida plena de
derechos, seguridad y posibilidades económicas, son un ejemplo de democracia y
libertad, pero no es un país donde todos tengan el derecho a llegar para cumplir
sus sueños por la fuerza de manera ilegal.
No hay nada establecido por la ley, que
obligue a ninguna nación soberana e independiente, a recibir por la fuerza a
todas las personas que decidan entrar ilegalmente a través de sus fronteras.
Todo país, tiene derecho soberano y está en la obligación de asegurar sus
fronteras. El problema de la inmigración tiene diferentes ángulos para ser
abordada, el humano, el político, el económico, el de seguridad y sentimental,
pero no el impositivo que responda a agendas políticas.
Se ha dicho hasta la saciedad, que la
inmigración tiene que ser ordenada, legal y selectiva y a eso nadie se opone,
porque insistir demagógicamente que la inmigración ilegal tiene que ser
reconocida y que los inmigrantes ilegales tienen derechos más allá de los
derechos humanos. El actual gobierno de los EEUU ha decidido poner orden en sus
fronteras y endurecer sus leyes migratorias por seguridad nacional, y tiene
todo el derecho legal del mundo a hacerlo, como lo hacen todos los países del mundo
que se respeten, trabajen en función de la seguridad de sus nacionales y la
protección de su economía. Méjico, un país disfuncional, protege sus fronteras
de sus vecinos del sur de manera muy dura, cruel e inhumana, pero no se le
exige y critica igual que a los Estados Unidos.
La inmigración ilegal, después que el
terrorismo islámico e internacional y los enemigos de los EEUU lo usan en su
contra, adquiere un carácter prioritario en la seguridad nacional, por lo que
se necesita adoptar medidas diferentes y más duras. No se puede permitir que ha
esta nación vengan todos los que quieran sin importar quienes sean, pero se
insiste en tergiversar y confundir el derecho que asiste a un gobierno
soberano, de elegir a quien quiere que entre a su territorio, a quien necesita
traer y a quien considera seleccionar porque lo merece.
No es correcto ni justo dar esperanzas a
millones de personas que han entrado a los EEUU de manera ilegal, diciéndoles
que tienen
derechos legales, sus derechos legales los dejaron en sus países de origen
cuando los abandonaron, y terminaron cuando entraron ilegalmente a otro país
sin autorización. Esa es una cruda realidad. Los únicos derechos que asiste a
los inmigrantes ilegales, es el humano.
Nadie tiene derechos a robar comida porque
tiene hambre; Nadie tiene derecho a entrar a una joyería y robar un collar de
perlas porque le gusta; Nadie tiene derecho a violar a una mujer porque la
desea; Nadie tiene derecho a violar una frontera porque en el país vecino
existen mejores condiciones de vida, seguridad, posibilidades de trabajo y
esperanzas en el futuro. Jorge Ramos, no tiene derecho alguno a hacer creer a
los inmigrantes ilegales, que tienen derechos legales, eso es engañarlos. Los
inmigrantes ilegales tienen derechos en sus países de origen, es allí donde la
ley los “Protege” y donde tienen derecho a exigir, cambiar la ley y luchar por
hacer de sus patrias, países libres y democráticos, siguiendo el ejemplo de los
EEUU.
Al cielo solo van los buenos, los que Dios
elige por su buen comportamiento en la vida, porque tienen fe en un ser
supremos. Los malos, van al infierno. A los EEUU o cualquier país democrático y
funcional de este convulso e injusto mundo, entran las personas que establece
la ley de esos países, lo demás es fantasía, politiquería y demagogia barata y
sucia.
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