Por José
M. Izquierdo (josemizquierdo@hotmail.com)
Lo que
he encontrado en los Estados Unidos cuando llegue a esta nación, es lo que
esperaba encontrar, un país que premia al que lucha, se sacrifica y
respeta la ley", me siento libre y satisfecho por eso, porque trabajar y
respetar la ley, son principios y hábitos que me inculcaron mis padres desde
niño.
Estados
Unidos es un país donde el límite de tus posibilidades, de tus sueños, está
en lo infinito del cielo y vinculado a tus posibilidades y capacidad de trabajo
creativo, un país donde se premia el sacrificio, la tenacidad y
el trabajo honrado del hombre, donde más que en cualquier otras
tierras del mundo, puedes encontrar respeto a la libertad, respeto a tus
derechos, respeto a la ley, igualdad de oportunidades, un futuro de
esperanzas y oportunidades para la familia. En los Estados Unidos, encontré lo
que me habían robado en la tierra donde nací.
Pero en
los Estados Unidos, también hay muchas de las cosas que pensé equivocadamente
que había dejado atrás, en esta tierra de libertad y oportunidades
he encontrado también; Demagogia, politiquería sucia y mal hecha, una
intelectualidad, una prensa, un mundo vinculado al arte y a los
espectáculo, con un profundo arraigo a las doctrinas de izquierda camufladas
con las palabras, liberalismo, globalización y multiculturismo, conceptos muy
mal interpretadas y utilizados con mucha habilidad y sutileza para adoctrinar a
jóvenes inexpertos e incautos, por una izquierda que lucha abiertamente por el
poder y control de esta nación, sin que algunos aun no lo vean como un peligro
potencialmente real.
Cuando
te conectas a la televisión, esperando disfrutar de un evento artístico como
“Premio lo Nuestro, y encuentras que los que organizan ese evento artístico de
tanto renombre, permiten que un reconocido presentador y periodista como Jorge
Ramos, se presenta ante las cámaras y realice una arenga de activismo político
sobre un tema que él, considera como, “Su verdad”, saber que profesores de
escuelas y universidades intoxicados con el virus del fracasado socialismo,
presionen e influyan con agendas políticas e ideológicas a sus
alumnos, (Nuestros Hijos) y trabajadores de los centros educacionales a seguir
una determinada agenda política, presenciar la utilización de niños menores de
edad para protestar en público ante cámaras contra las leyes de esta nación,
son hechos y actos de adoctrinamiento político, que mezclan y utilizan el arte,
el entretenimiento y los niños con la política, de la misma forma impropia que
lo hace el régimen castrista en Cuba, el Chavismo en Venezuela, los radicales
islámicos en sus países, y como lo hicieron en su época el nazismo, el
estalinismo y el socialismo, Etc.
En los Estados
Unidos, la lucha por la separación absoluta entre la iglesia y el estado,
venció ante los que creen que es contraria a los conceptos de los padres
fundadores y lo que al respecto establece la constitución americana, los cuales
fieles a sus raíces alentaron el mutuo apoyo entre religión y gobierno pensando
que, La fe religiosa correctamente vivida e insertada en la educación y las
labores del estado, forma un pueblo virtuoso. Pero si no permitimos que los
representantes de Dios entren y tengan presencia en las escuelas, utilicen un
acto público cultural y recreativo para promover su fe en Dios, o puedan llevar
su prédica de fe, paz y amor a Dios directamente al alumno a las aulas, tampoco
puede permitirse que un activista político, un profesor, un periodista o
cualquier otro mensajero de una doctrina dada, se aprovechen de los medios que
la sociedad pone a su alcance, para tratar de adoctrinar a las masas.
Toda
doctrina que considere su mensaje como una verdad incuestionable, es un dogma
que predica la Fe ciega en su mensaje, y no debe ser impuesto a las masas por
nadie, mucho menos usando el poder que el control de los medios de
comunicaciones le facilitan. Las protestas y las campañas políticas, se hacen
bajo las reglas que establece la ley de manera ordenada y pacífica, donde el
pueblo pueda tener la opción de participar o no, según sus ideas, conceptos y
formación ideológica, no se pueden imponen por la fuerza con subterfugios poco
honrados. La más contundente expresión de libertad y orden de una protesta, la
encontramos en las urnas, donde de manera ordenada y legal, se premia o castiga
a los líderes y gobernantes, donde el pueblo ejerce su derecho al voto, como
privilegio de una sociedad libre como la nuestra.
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