"La designación del nuevo director es la piedra angular, el meollo de la cuestión..."
La esperada renuncia-defenestración del último
(a) de los directores de Radio Martí, en
el marco de la revolución trumpianista,
pudiera marcar el punto de inflexión en los avatares de la emisora, que desde sus mismos inicios tiene una
larga historia de teje manejes de
confrontación e insatisfacción
generalizada. Dije "pudiera".
La designación del nuevo director es la piedra angular, el meollo de la
cuestión. Sensatamente esperamos una nueva figura que sepa difuminar su poder piramidal, casi faraónico, hacia las periferias de mando y servicio, con sabiduría,
coraje, dignidad y cubanía. Dios lo permita.
Hay que comenzar teniendo los cojoncitos necesarios para cancelar
definitivamente la Tele Martí y sus secuelas de despilfarro millonario y
fracasos de más de dos décadas; suma y sigue. No se le puede seguir dándole vueltas a esa noria. Una juiciosa oficina de
alta tecnología para que haga un dictamen de tele-viabilidad científica,
apolítica, juiciosa, combativa, seria y definitiva sería lo ideal. Me temo que las fuerzas de la
reacción que permanecen enquistadas en el corazón mismo de la emisora boicotearán esta decisión desde sus mismos
inicios. Es lo esperado.
El cierre provisional de la televisora nos
lleva de la mano a la inauguración de la alternativa radial cultural. Radio Celia Cruz transmitirá suavemente,
música popular y clásica, entrevista a
artistas, comentarios de libros, pinturas,
plástica, etc. Por supuesto, noveletas, programas humorísticos, la hora, el tiempo,
los itinerarios de vuelo y el mininoticiero de las medias horas. Es un
decir, con lógica muy popular.
Radio Martí, la clásica, por supuesto que irá
a la enésima de las cientos de restructuraciones en programación y personal a
las que ha estado sometida desde sus inicios. Cualquier solución que
se planifique será buena o mala
depende del grado de amor que se ponga en el empeño. Lo demás es
"paisaje".
El "paisanaje" colmado de laborantismo, fraccionalismo, sectarismo,
luchas intestinas y chismecitos de ocasión (según se dice inoportunamente en los corrillos del
exilio) pudiera ser re-educado con la cooperación de conferencistas acerca de ética elemental, "good manners" y mucha instrucción primaria elemental, que
siempre viene bien. Conferencias: obligatorias. Lamentablemente, después de la
re-educación habrá que deshacerse de algunas
frutas podridas, sin derecho al pataleo.
Por último la introducción legal de decenas de miles de radiecitos de onda corta en la isla, no
es mala idea y muy barata. ¡Ahh! y pacífica; y factible.
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