" A Obama no le molestó la alianza de Cuba con Corea del Norte..."
Por Frank Calzon.
A Obama no le molestó la alianza de Cuba con
Corea del Norte, ni su intento de enviar de contrabando aviones de guerra y
misiles a Pyongyang, ni que haya invitado a La Habana a barcos espías rusos que
escuchan las comunicaciones militares de EEUU
Los críticos de la política del presidente Trump
hacia Cuba están cayendo en la trampa de la "narrativa" del
presidente Obama. En realidad, la política de Obama no era nueva, sino un
regreso a la vieja y desacreditada política de abrazar a los dictadores
latinoamericanos a instancias de las compañías americanas, ignorando por otra
parte los intereses de Estados Unidos.
¿Es que acaso la política de EEUU hacia Cuba no
está obligada a respetar la Constitución y las leyes de EEUU? ¿Acaso no
favorece el interés nacional, negarle millones de dólares a unas fuerzas
armadas cubanas que están reprimiendo y matando a los manifestantes
venezolanos? ¿O el exigir, como condición para normalizar relaciones, que se
devuelva a la justicia de EEUU a terroristas prófugos del FBI, incluyendo a una
que asesinó a sangre fría a un patrullero estatal de Nueva Jersey?
A Obama no le molestó la alianza de Cuba con
Corea del Norte, ni su intento de enviar de contrabando aviones de guerra y
misiles a Pyongyang, ni que haya invitado a La Habana a barcos espías rusos que
escuchan las comunicaciones militares de EEUU. También el presidente Obama
ignoró a las agencias de inteligencia que advirtieron al Congreso que Cuba
representa una amenaza a la seguridad cibernética del país.
El presidente Trump ha determinado, con toda
razón, que hay que tomar en serio esas amenazas.
Si La Habana quiere relaciones con Washington
debe terminar la represión y sus alianzas con Corea del Norte y otros países
hostiles a Estados Unidos.
Trump no suspende el comercio con Cuba. Hace
años que las compañías americanas le venden mercancías por millones de dólares
a La Habana con pago en efectivo. Pero La Habana ha incumplido con sus
compromisos en la mayoría de los préstamos extranjeros, y ahora quiere
créditos.
La Habana ha recortado drásticamente sus compras
para hacer que las compañías americanas cabildeen a favor del régimen. El
contribuyente americano no tiene por qué cargar con la cuenta. Los que
cabildean deben registrarse como agentes extranjeros.
Las palizas y las detenciones políticas
aumentaron dramáticamente mientras Obama miraba a otro lado.
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