"Es muy sencillo: demonizar a la actual administración..."
Por Santiago Cárdenas MD.
Ud. no verá tanques en las calles de Washigton. No le llamarán golpe; sino
impeachment. Es un juego de palabras. Al final del día son los herederos
de la pérfida Albión. O tal vez "coup d' etat ", que en francés suena más bonito. Da igual. Lo prepararon desde el
mismo día de la toma de posesión con
un vandalismo incontrolable a tres cuadras del Capitolio. Y al día siguiente, domingo, con
unas manifestaciones globalizada$ y "espontáneas" en contra de un
presidente que comenzaba a gobernar el día
siguiente. ¡¿… !?
A la media le asignaron el papel de
pavimentar el camino. Ellos no serán los golpistas. Solamente "paving the way ", según el
conocido dicho en inglés. Las 24 horas del día, todos los días, todos los
espacios, a toda hora. Comentarios tras comentarios, insultos tras insultos,
párrafo tras párrafo, línea tras línea, editoriales de odio tras el odio
de los editoriales. De acuerdo a las orientaciones matutinas
de Leonhardt en el New York Times
–una versión del
periódico Pravda– como fuente de
información cotidiana para la televisión y la prensa satélite from coast to coast and from
border to border.
Es muy sencillo: demonizar a la actual administración. Y luego, contra el
Demonio todo es válido. Y obligatorio.
Ya tienen a Maxine Waters la congresista, afroamericana, californiana y corrupta,
por por supuesto. Ella es la encargada de dar la cara y organizar el coup entre
los legisladores. La pobre .Se prestó a
ser la
punta visible del iceberg. Pero,
el gran trozo del hielo conspirativo está bajo el agua del Potomac River. Allí es
donde se mueven y manipulan los "desplazados" del poder. Los resentidos que nunca perdonarán lo que les
sucedió en noviembre del 2016.
También ya tienen los argumentos .Cogidos por los pelos. Pero
viables: la supuesta obstrucción de la
justicia y la cantaleta de la colusión con Rusia. O sea, la alta traición de un
presidente ilegal
Además los golpistas poseen
minorías vociferantes y visibles muy activas. Tienen a su expresidente viviendo a pocas cuadras de la Casa Blanca. Obama, el
antiguo organizador social de los suburbios de Chicago le toca ahora delinear los grupos militantes en cada estado del país. A la manera de
Trotsky. Y cuentan con los ideólogos del partido demócrata, los tontos útiles, los indolentes de siempre y los socarrones que se hacen los chivos locos
ante lo que se cocina a ojos vista. Todos agazapados esperando el momento para aplaudir
o mirar pa'l otro la'o.
¡Pobres Estados Unidos de América!
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