Polémica por entrega de medalla a Padura por organización cultural de exiliados
LUIS DE LA PAZ
Desde que comenzó el llamado deshielo entre Estados
Unidos y Cuba, con su punto culminante, el restablecimiento de relaciones
diplomáticas y la visita del presidente Obama a la isla, cierto sector de la
diáspora académica y cultural asumió los nuevos aires como si se tratara del
fin de la dictadura castrista y la expansión de las libertades en Cuba.
Quizás el primer paso notable lo dio en mayo de
este año la Fundación Cintas, cuando anunció que su programa de becas abarcaría
a cubanos “ya bien vivan en Cuba o fuera de Cuba”. La decisión, tomada por su
director Víctor Luis Deupi irritó a muchos en el exilio que vieron la movida como una traición al
legado y trayectoria de la propia Fundación.
Revuelo también ha causado el reciente anuncio del
Centro Cultural Cubano de Nueva York, de otorgar la Medalla La Avellaneda al
escritor Leonardo Padura, que reside en Cuba. Esta es la primera vez que la
institución neoyorquina se sale del marco del exilio.
Padura recibirá la Medalla el 3 de octubre en Nueva
York, donde ofrecerá también la conferencia Vivir y escribir en Cuba en el
siglo XXI, en el
Instituto Cervantes de Nueva York. Considerado como uno de los escritores
cubanos más leídos, Padura ha mantenido un habilidoso comportamiento donde
parece criticar al régimen cubano, pero a la vez defiende su estructura de
gobierno. Hace varios años expresó a un periódico que “deseaba estar en el
juego, y que haría lo necesario para mantenerse en el juego”.
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