"Cuando nuestros sueños de han cumplido es cuando comprendemos la riqueza de nuestra imaginación y la pobreza de la realidad."
Lola Benítez Molina Málaga
(España)
Una
vez más me detengo en una de esas vidas admirables, ejemplo de superación y de
enseñanza de vida. Esta vez se trata de la actriz británica Claire Foy, que
encarna a Isabel II en la serie THE CROWN. Me impacta una frase suya que de
repente leo en una tarde difusa, de divagaciones: “La vida, en realidad, va de
no enfermar ni morir de sobrevivir”. Hay muchos que sobreviven ateridos a una
realidad abrumadora de la que no saben o no pueden salir.
¿Quién no soñó alguna vez? Aquél
que apacigua sus miedos recorre la senda hacia la paz, pero cuánto tiempo le
costó. No subestimemos a quien ya ha vivido toda una vida, aquél que lleva
arrugas en el alma, pues de su sabiduría tenemos mucho que aprender. Clayre Foy
es joven y tiene toda una filosofía de vida, auspiciada por los momentos en los
que le tocó sobrevivir, cuando a los trece años fue diagnosticada de artritis
juvenil y, posteriormente, de un tumor en un ojo, del que tuvo que operarse.
Estas circunstancias la hicieron fuerte, pero reconoce que “fue horrible y
debilitante. Me hizo tomar conciencia de que debía de hacer lo que realmente
quería”, y añade: “Son los momentos de alegría y felicidad lo realmente
extraordinario”.
Para William James, filósofo
estadounidense, profesor de psicología en la Universidad de Harvard y fundador
de la psicología funcional “el gran descubrimiento de su generación es que un
ser humano puede alterar su vida al alterar sus actitudes”. Precisamente, a
ello se refiere Sheryl Sandberg, economista estadounidense y actual directora
operativa de Facebook, quien, en su reciente libro “Opción B”, fortalecida por
el dolor y posterior intento de superación ante la inesperada muerte de su
marido, nos habla de esa fuerza necesaria para continuar y, saber despertar
cada mañana con deseos de vivir, para emprender un nuevo camino, que pueda dar
la luz necesaria en el deambular diario. Una vez más, ante la inexorable
pérdida, hay seres humanos que se crecen y su caudal, nunca estancado, sirve
para mostrar a sus semejantes que mientras hay vida hay esperanza, y que se
puede volver a soñar y a sonreír sin sentirse culpables por ello.
Ninon de Lenclos, escritora
francesa, cortesana y mecenas de las artes nos refiere que “cuando nuestros
sueños se han cumplido es cuando comprendemos la riqueza de nuestra imaginación
y la pobreza de la realidad”.
Con el tiempo, he descubierto
que no todo es plausible en la vida y cada caso tiene un porqué, siempre que se
cumpla esta máxima: “No hacer daño a los demás”.
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