Discurso Pronunciado Por Daniel I. Pedreira en la Conferencia El P.E.N. Club Cubano: Fundación, Exilio y Renacer Miércoles, 28 de febrero de 2018 Biblioteca de Coral Gables
En la foto: Daniel Pedreira, Angel Cuadra, Pia y Cristina Mañach, Jose A. Albertini y Pedro Roig.
Buenas tardes. Muchas gracias a todos los miembros de Herencia Cultural Cubana, del P.E.N. Club de Escritores Cubanos en el Exilio y a los interesados en la cultura y la historia de Cuba por estar aquí.
Buenas tardes. Muchas gracias a todos los miembros de Herencia Cultural Cubana, del P.E.N. Club de Escritores Cubanos en el Exilio y a los interesados en la cultura y la historia de Cuba por estar aquí.
Para poder hablar sobre la presencia del
P.E.N. en Cuba, necesitamos remontarnos a la fundación del P.E.N.
Internacional. En 1921, la poetisa y novelista inglesa C.A. Dawson Scout
propuso la idea de crear el P.E.N. Internacional. La organización quedó
constituida en 1923 con el novelista inglés John Galsworthy a la cabeza.
Este presidió la organización hasta su fallecimiento diez años después.
Para la fecha ya se habían establecido filiales del P.E.N. en Francia y en
España. Sucede a Galsworthy en el cargo el notado novelista H.G. Wells, siendo
a su vez sustituido por el escritor francés Jules Romans.
Durante esta época
se vivían tiempos convulsos en el mundo, particularmente en Europa. Para 1939,
apenas dos décadas después del final de la Primera Guerra Mundial, el fascismo
se arraigó en Italia y Alemania, mientras que, en solo tres años la Guerra
Civil española forzó el exilio de muchos escritores y otros
intelectuales.
Fue en ese mismo
año que se celebró el Congreso del P.E.N. Club en Nueva York. Entre los
invitados estuvo presente un intelectual cubano clave para la cultural y la
historia del país: el Dr. Jorge Mañach Robato.
Nacido en Sagua la
Grande en 1898 y graduado de Harvard, Mañach fue uno de los fundadores del
Grupo Minorista, una agrupación de intelectuales cubanos interesada en el
estudio del significado de la cubanidad. Durante esta época fue miembro del
Partido ABC, y como tal fue electo delegado a la Asamblea Constituyente de
1940.
Quiero tomar esta
oportunidad para reconocer a Cristina y a Pía Mañach, nietas del Dr. Mañach.
Gracias por acompañarnos.
Siendo profesor en
aquel entonces del Departamento Hispánico de la Universidad de Columbia, el
entonces Secretario Internacional del P.E.N., el dramaturgo Hermon Ould,
exhortó a Mañach a que constituyera el capítulo del P.E.N. Club en Cuba.
Pasarían varios
años desde que le hicieran aquella petición al Dr. Mañach para que el P.E.N.
cubano se hiciera realidad. Los sucesos de la Segunda Guerra Mundial reverberaron
en Cuba, la cual se unió a la lucha aliada en contra del fascismo. Durante este
período, Mañach fungió como Ministro de Estado. El fin de la Guerra en 1945 y
la fundación de las Naciones Unidas el mismo año crearon un estado de optimismo
alrededor del mundo, y las organizaciones no-gubernamentales se convirtieron en
las protectoras de la paz y la concordia durante los primeros meses de la
posguerra.
Fue dentro de este
marco histórico que, finalmente, Mañach, junto a 36 Socios Fundadores, pudo
establecer el P.E.N. Club de Cuba en su casa, el 21 de septiembre de 1945.
Entre estos Socios Fundadores se encontraban algunos de los intelectuales más
importantes que ha dado Cuba: José María Chacón y Calvo, Gastón Baquero, José
Z. Tallet, Herminia del Portal, Enrique Labrador Ruiz, Miguel de Marcos,
Federico de Ibarzabal, José Antonio Fernández de Castro, Francisco Ichaso,
Rafael Suarez Solis, Gustavo Urrutia, Arturo Alfonso Roselló, Ramiro Guerra,
Emeterio Santovenia y Rafael Estenger. También participaron intelectuales
españoles exiliados, incluyendo a María Zambrano, Rafael Pérez Lobo, Lino Novas
Calvo, Luís Amado-Blanco y Antonio Ortega.
Un par de dias más
tarde apareció en la prensa cubana el anuncio de la creación del P.E.N. Club
cubano, declarando que (cito):
“Por mucho tiempo
se ha dejado sentir en Cuba la conveniencia de crear y mantener una sociedad de
escritores merced a la cual se hiciesen visibles y cobrasen fecunda eficacia el
sentimiento de solidaridad que naturalmente existe entre los hombres de letras
y el reconocimiento de los intereses comunes que los unen por encima de todos
los matices específicos de opinión. Estos intereses son, fundamentalmente, la
libertad de pensamiento, la sustentación de la dignidad de las tareas creadoras
y críticas del espíritu y la preservación y fomento de condiciones externas
propicias a la actividad cultural.”
El primer
encuentro oficial del P.E.N. cubano se realizó mediante un almuerzo en el
Restaurante París (hoy conocido como El Patio), en la Plaza de la Catedral de
La Habana, el jueves, 4 de octubre. Además de los socios fundadores, también
acudieron Mariano Brull, Regino Pedroso y Nicolás Guillén. En ese almuerzo
comenzó el P.E.N. cubano a denunciar los abusos a la libertad de expresión
mediante un mensaje de protesta al General Edelmiro Farrell, Presidente de la
República Argentina, por su represión en contra de escritores, profesores y
estudiantes en la hermana república. Se fijaron las reuniones para el primer
jueves de mes, y el Dr. Mañach ofreció un discurso titulado “Convivencia y
valoración”, mediante el cual expresó algunos puntos claves en relación a la
naturaleza y las metas de la nueva filial del P.E.N. Internacional.
Dijo el Dr.
Mañach: “No es necesario que hagamos de esto una academia, ni que nos
andemos exhibiendo aparatosamente nuestras ideologías y nuestras estéticas para
que, de la conversación sencilla y cordial, surjan corrientes de comunicación
que revelen con inigualada intimidad lo que cada cual quiere para su obra.
Detrás de cada criatura del espíritu, como de la carne, hay un ensueño de amor
que fue su semilla y que sólo por el corazón se adivina. La cordialidad es,
pues, conocimiento también, y la convivencia fraterna no tiene por qué frustrar
la crítica.”
“Ni va a ser
el P.E.N. Club, por supuesto, una bolsa cerrada de valores literarios. En
primer lugar, no estamos cerrados a nada ni a nadie, como no sea a las
ventoleras de la pasión o de la simple vacuidad. En segundo lugar, siempre
conservaremos nuestros democráticos respetos por las libres cotizaciones de la
acera, que es por donde transita nuestra más cara clientela. En fin: lo único
que queremos es servir a la cultura cubana sin rigideces ni pedanterías, y
honrar nuestro oficio.”
Ese mismo
mes, el P.E.N. cubano lanzó su boletín oficial, titulado Sobremesa del
P.E.N. Club. Por este medio, el Club divulgaba noticias sobre sus
actividades y la incorporación de nuevos miembros.
Pronto se
sumaron como Socios Numerarios Luís Felipe Rodríguez, Raimundo Lazo, Mirta
Aguirre, Manuel Navarro Luna, Edith García Buchaca, Francisco Pares Canels,
Eduardo Ortega y Gasset, Juan Chabás Martí, Raúl Maestri y Jorge Luís Martí. El
P.E.N. cubano se convirtió en una organización abierta a las diferencias
políticas y raciales, dando la bienvenida a miembros de distintos orígenes.
Tiempo
después, la presidencia del P.E.N. Club de Cuba pasó al periodista Francisco
Ichaso Macías. Nacido en Cienfuegos en 1901, como Mañach fue miembro del
Partido ABC y delegado a la Asamblea Constituyente de 1940, integró el Grupo
Minorista y participó en la Revista de Avance.
Mas tarde,
historiador Octavio R. Costa ocupó la presidencia del P.E.N. Club de Cuba. A la
llegada de la dictadura castrista a Cuba en 1959, las organizaciones
no-gubernamentales como el P.E.N. Club quedaron suspendidas y prohibidas,
convirtiendo al Dr. Costa en el último presidente del P.E.N. Club en Cuba.
Tristemente,
los tres presidentes del P.E.N. Club de Cuba vivieron sus últimos años en el
exilio: Mañach falleció en Puerto Rico en 1961, Ichaso en México en 1962, y
Costa en California en 2005. Igual fallecieron en el exilio un gran número de
sus miembros.
Hoy, la
valoración del P.E.N. Club de Cuba por algunos intelectuales en la isla
concluye que la organización (cito) “verdaderamente quedó como otro empeño
colectivo frustrado... [y] es muy cierto que el P.E.N. Club de Cuba tuvo una efímera
y accidentada existencia.” Como escucharán en las presentaciones de los otros
panelistas, esta es una visión eronea y malintencionada de una de las
organizaciones más importantes y menos estudiadas en la historia de Cuba.
Muchas
gracias.
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