"Los que importan son los que van quedando fuera, los que representan algo distinto a la componenda..."
Por LUIS MARÍN
La Cátedra Pío Tamayo y el Centro Estudios
de Historia Actual de la Universidad Central de Venezuela propusieron un foro
para debatir sobre el diálogo en cualquier modalidad, sea en paralelo con el
gobierno de Noruega o entre los interlocutores, insinuadas por las partes
involucradas.
El contexto es la pérdida general de
espacio público: dónde verse, hablar, expresarse, construir consensos. Por
ejemplo, el 30 de abril fue un solo día, pero el cierre de RCR a partir de allí
es todos los días, la decana de las radios nacionales cerrada sin reacción
colectiva, ni de ningún medio global o autoridad mundial de las que se
pronuncian sobre el caso Venezuela.
La falta de información y el exceso de
desinformación. Nos vemos forzados a construir hipótesis sobre la base de
especulaciones, intuiciones, cuando no francas invenciones. Esto en un ambiente
de creciente peligro: nunca hubo tanta inseguridad, amenazas tan sistemáticas y
permanentes. Es la hora del miedo, de la intimidación.
¿Y qué tiene que ver esto con el “diálogo”?
Que es otra invención, otro instrumento de confusión y manipulación: ¿Quiénes
negocian? ¿Qué? ¿En representación de quién? ¿Cómo es que comprometen al
ciudadano común, con quién, a qué? Ayer el negociador estrella era Timoteo
Zambrano, hoy es Stalin González, ¿quién se siente representado por ellos?
Ahora el G4 más uno es AD, PJ, UNT, VP, más el del CNE.
Como diría Arturo Sosa: “La política del
palo y la sobaita”, después de tremendo golpe te llaman a “dialogar”; pero te
quedas con el golpe. Nada vuelve atrás. Sin embargo, ¿por qué es tan
irresistible el llamado al “diálogo”? Porque hay franjas de intereses comunes
entre el gobierno y la oposición oficial: la mitad del gobierno está en la
oposición y la mitad de la oposición está en el gobierno. Esto nos conduce al
estancamiento.
Los que importan son los que van quedando
afuera, los que representan algo distinto a la componenda. ¿Quiénes son? ¿Qué
están haciendo? La más sobresaliente es María Corina Machado; pero sigue entre
dos aguas, no termina de deslindarse. Desde afuera, Antonio Ledezma.
Luego, el Frente Único de Derecha, con sus
tendencias de Liberales, Nacionalistas, Conservadores y Libertarios, cuya
influencia real, en el terreno, no se estima lo suficiente.
Los jóvenes de Rumbo Libertad, que no se
sabe cuán hondo hayan calado, ni su nivel de organización interna; pero al
menos han logrado un discurso coherente y tienen cierto apoyo en el exterior,
sobre todo en Brasil, EEUU e Israel, que son potencias reales.
Ahora bien, ¿de allí surgirá la opción que
estamos esperando los observadores/actores de esta tragedia? Los ciudadanos,
puestos a un lado, que no cuentan en las conversaciones.
Olvidemos que llegará la caballería a
salvarnos, eso puede ser otra “fake news”.
Esto, lo resolvemos nosotros mismos o
seguiremos hundiéndonos, cada vez más abajo.
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