domingo, 14 de julio de 2019

¿SE PUEDE ENSEÑAR LA VIRTUD?


"Para Rene Descarte, la virtud era el razonamiento correcto para guiar  nuestras acciones..."

Por José Azel.
El Índice de Percepción de la Corrupción, publicado anualmente por Transparency International, mide los niveles percibidos de corrupción en el sector público en 180 países. El informe de 2018 muestra que, la gran mayoría de los países evaluados están logrando poco o ningún progreso en la reducción de la corrupción. Roto por región, el informe muestra a Europa occidental como la región menos corrupta y al África subsahariana como la más corrupta.
Delia Ferreira, presidenta de Transparencia Internacional, explica: “Nuestra investigación establece un vínculo claro entre tener una democracia saludable y combatir con éxito la corrupción en el sector público. La corrupción es mucho más probable que florezca cuando las bases democráticas son débiles ... "Ese es claramente el caso en las regiones con puntaje más bajo, como África, Europa del Este, Asia Central y Medio Oriente, donde muchos de los países luchan con instituciones ineficaces y Valores democráticos débiles.
Traigo la corrupción para discutir, con nuestras lentes contemporáneas, un tema abordado por Platón alrededor del 402 a. C. en su diálogo sobre Meno. El diálogo comienza con Meno preguntándole a Sócrates si se puede enseñar la virtud. La pregunta también nos concierne a nosotros, como padres, cuando buscamos enseñar valores a nuestros hijos.
Platón, a través de la voz de Sócrates, primero empuja a Meno a definir la virtud. Meno tiene dificultades, ya que la virtud adquiere diferentes significados a lo largo del tiempo y en diferentes culturas. Para los antiguos romanos, la virtud era una larga lista de cualidades que incluían la virilidad, el honor y más. El cristianismo combina las virtudes teológicas de la fe, la esperanza y el amor con las virtudes cardinales de la prudencia, la justicia y la templanza. Y sigue así.
Las mismas dificultades se encuentran entre los pensadores. Para René Descartes, la virtud era el razonamiento correcto para guiar nuestras acciones. Para Immanuel Kant, ser virtuoso se comportaba de acuerdo con los principios morales. Friedrich Nietzsche incluyó la soledad como una virtud. Las siete virtudes de Ayn Rand incluyen independencia y productividad. Y Benjamín Franklin tenía una lista de verificación de trece virtudes para guiar su vida. Aquí, es suficiente definir la virtud como un comportamiento que muestra altos estándares morales.
Entonces, ¿se puede enseñar el comportamiento de altos estándares morales para combatir la corrupción? En Meno, Sócrates concluye que la virtud no es un tipo de conocimiento y, por lo tanto, no se puede enseñar. Tampoco cree que sea innato. Pero entonces, ¿de dónde viene la virtud? La respuesta socrática es que la virtud es un hábito guiado por opiniones correctas, inspirado por Dios en algunas personas. Encuentro esta respuesta insatisfactoria. Sin embargo, el nivel de corrupción contemporánea mencionado anteriormente parece apoyar la idea de que no se pueden enseñar altos estándares morales.
Nuestro entendimiento moderno está cerca de estar de acuerdo con Aristóteles. Los psicólogos creen que el carácter moral se forma esencialmente antes de que los niños comiencen la educación formal. La virtud es una función de los factores genéticos, por ejemplo, algunas personas parecen nacer con una aptitud excepcional para la compasión de la que otros carecen. Pero la virtud es también una función de las influencias familiares tempranas del desarrollo y del medio ambiente. Por lo tanto, si no podemos enseñar la virtud, ¿cómo podemos inspirar altos estándares morales en la mayoría corrupta de los gobiernos del mundo?
Sin duda, como lo señala Transparencia Internacional, la supervisión democrática efectiva ayuda. Pero, en cierto sentido, eso equivale a decir que la vigilancia disuade al crimen. Los estados policiales, como los gobiernos totalitarios y autoritarios, se encuentran entre los más corruptos. Un estado policial no es la receta que estamos buscando.
Mientras que el comportamiento de altos estándares morales no se puede enseñar, se puede aprender. Esto no es una distinción sin una diferencia. Enseñar música a alguien no hace que esa persona sea musical, y hay músicos talentosos que no estudiaron música. Volverse virtuoso es similar. Enseñar implica un profesor y un alumno; el aprendizaje requiere solo un estudiante. Podemos aprender de muchas fuentes sin un maestro.
Esta reformulación sugiere un posible enfoque para combatir la corrupción, e implica una política exterior para aquellos países con los índices de corrupción más bajos: No predique, concéntrese en ser un ejemplo de buen gobierno. Algunos pueden considerar esto como nacionalista o aislacionista. Pero, fortalecer su propio desempeño económico y la gobernabilidad democrática puede ser la manera más efectiva de ayudar a otros a mejorar su gobernanza. Una política exterior de enseñanza de la virtud con el ejemplo, no con planes de estudio.


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