jueves, 1 de agosto de 2019

EL CASTRISMO AUN VIVE EN CUBA


"Es evidente que en este pais hay individuos que no quieren que se hable o se escriba sobre lo que acontece en el mismo..."

Carlos Benítez Villodres Málaga (España)

Los actuales habitantes de Cuba sufren el poderío total del castrismo y la diabólica inhumanidad de este régimen totalitario. Los cubanos de ayer y de hoy están crucificados por su presidente Miguel Díaz-Canel y por su nefasto Gobierno comunista, clasificado por sus propios gobernantes de ayer y de hoy como marxista-leninista.
      Aunque este país es miembro fundador del Consejo de Derechos Humanos, encuadrado en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), incumple plenamente todos estos Derechos. Cuántos y cuántos cubanos, excelentes patriotas, tuvieron que exiliarse a causa del terror dominante en esta nación: novelistas, poetas, pintores, futbolistas, artistas plásticos, artesanos, periodistas, etc., además de licenciados y doctorados universitarios (abogados, médicos, arquitectos…).
      En lo que respecta a la televisión, a la radio, a la prensa escrita, a Internet y a otras nuevas tecnologías, están todos ellos manipulados por los mandatarios cubanos. Para los cubanos, Internet y todas sus ramas son inasequibles. Un sin número de estas personas no tiene acceso a estos medios por la pobreza en la que vive.

      En Cuba, hay desempleados, operarios, en todas las labores físicas e intelectuales, con salarios basura, escuelas, institutos, hospitales… sin el personal necesario, titulado o sin titular, etc.
      Es evidente que en este país hay individuos que no quieren que se hable o se escriba sobre lo que acontece en el mismo. Sus políticos utilizan la fuerza, nunca el diálogo. Ciertamente, las palabras siempre tienen poder, quieran o no quieran los que intentan enmudecer al que habla y al que escribe ya que, si algunos cubanos escuchan esas palabras, saben que en ellas está la verdad. Y la verdad es que, en Cuba, todo va muy mal. La crueldad y la intolerancia, la injusticia y la opresión, la insolidaridad y la falsedad… pululan por doquier.
      Desde la revolución castrista, comprendida entre el 26 de julio de 1953 hasta el 1 de enero de 1959, que derrocó al gobierno autoritario y represivo de Fulgencio Batista, los cubanos no tienen libertad para pensar y decir lo que piensan, para hablar, para escribir… Desde dicho año, hay en esta nación censores y sistemas de vigilancia que coartan a los habitantes de Cuba para que se conformen con las migajas que los políticos les dan y para que se conviertan en personas sumisas, moldeables.  
      Lo que no supieron los cubanos de aquella época y de años posteriores es que Fidel Castro, militar y abogado, se convirtió en un dictador más déspota y manipulador que Batista.
      En la actualidad, Miguel Díaz-Canel y su Gobierno continúan las mismas políticas que engendró Fidel y cultivó posteriormente Raúl Castro hasta que dejó su cargo. Es evidente que, tanto Fidel como los siguientes gobernantes tienen sus partidarios y sus detractores. Todos sabemos lo que piensan, hablan y escriben los prosélitos y los opositores.
         Estos dos párrafos corresponden al principio y al final de la carta que la Dra. Nelva Ismarays Ortega Tamayo dirigió al “general dictador Raúl Castro”: “Renuncio a continuar trabajando para el Ministerio de Salud Pública de su régimen tiránico, no me usaran más, en lo más mínimo, pero nunca dejaré de ejercer mi noble profesión. Continuaré atendiendo a los activistas golpeados, perseguidos y marginados, seguiré atendiendo a todo enfermo que solicite mis servicios. Seguiré denunciando las injusticias de su régimen contra médicos y pacientes. Continuaré sirviendo a mi pueblo y luchando por su libertad.
      Estoy completamente curada del síndrome que más daño ha hecho a nuestro pueblo: el ¨síndrome de indefensión¨, y estaré ayudando a otros médicos y trabajadores de la Salud, a liberarse de tan dañina patología. Su dictadura caerá y los médicos podremos ejercer con dignidad y libertad nuestra sagrada profesión. Tendremos adecuadas condiciones de trabajo y salarios decorosos. Nadie nos usará como instrumentos políticos. El pueblo todo tendrá Salud de excelencia y no tendrá que pagarla con sumisión y miseria. Los cubanos viviremos en libertad y con prosperidad. Puede estar usted seguro”.



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