Unificación
monetaria: en sus marcas, listos…
Algunos han dejado de aceptar pagos en CUC, y no han sido pocos
los que han invertido sus ahorros ante el temor de perderlos en un cambio
desfavorable
A finales de 2019, sin previo
aviso ni dar explicaciones a la población, cerraron las Casas de Cambio
(CADECA) con lo cual afectaron a muchos jubilados que cobraban en ellas –uno de
los servicios que prestaban estas a la población, que hoy tiene que hacer
largas colas en los bancos–. Al mismo tiempo se inició el experimento de dar el
vuelto en CUP en dos tiendas capitalinas. En el mismo periódico se informa: “En un comunicado reciente del Banco Central de
Cuba (BCC) se afirma, como parte de las medidas de ordenamiento monetario, que
lleva a cabo el país, se decidió iniciar el experimento de los cambios en pesos
cubanos (CUP) en dos unidades de dicha red de comercio minorista”. Así
comenzaron las especulaciones y la desconfianza se apoderó de la población. Los
que compraban y cambiaban CUC “por fuera” dejaron de hacerlo. Al mismo tiempo,
algunos particulares dejaron de aceptar pagos en CUC, otros trataban de
cancelar o sacar los CUC de sus cuentas bancarias, y no han sido pocos los que
han invertido sus ahorros ante el temor de perderlos en un cambio desfavorable.
Me comentaba una empleada de la Western Unión que la entrada de remesas por
esta vía ha mermado, aun durante el fin de año. Y es que los cubanos del
exilio, ante la inestabilidad de estos últimos meses, utilizan otras vías para
enviar ayuda a su familia.
Cuando se acabaron los socios
(países socialistas de Europa del Este) a Fidel Castro no le quedó más remedio
que despenalizar el dólar –el dinero de sus enemigos–. Esa fue para él una gran
derrota frente al imperialismo. Ahora necesitaba de los cubanos en el exilio para
poder “insertarse en el nuevo contexto de la economía internacional”. Para
ello, además, legalizaron el envío de remesas familiares y fueron creando toda
una estructura para la dualidad monetaria, como las mencionadas casas de cambio
de moneda extranjera, tiendas recaudadoras de divisas, cuentas de ahorro en
divisas y estímulos en divisas en determinados centros de trabajo. A pesar de
todo esto, el paso de los años demostró que el sistema socialista no funciona.
En los últimos años, Venezuela
con su petróleo apuntaló en algo la endeble economía cubana. Pero cuando se
acabó esa ayuda, quedó al descubierto la aguda crisis económica. Como en el
período especial, los comunistas acuden a la comunidad cubana en el exterior,
esta vez con una ingeniosa y cruel forma de aprovecharse de las necesidades de
sus familiares en Cuba para sacarles los dólares –hablan de “captar divisas
para la economía”–: la venta de artículos electrónicos, automotrices e
informáticos –nunca alimentos–, exclusivamente a través de tarjetas
internacionales VISA y Mastercard (siempre y cuando no sean emitidas por bancos
estadounidenses). Sirven también las tarjetas emitidas por bancos comerciales
cubanos y por FINCIMEX. Los depósitos sólo se admiten en moneda libremente
convertible (MLC). Y si es en dólares americanos, se roban el 10 %.
ACERCA DEL AUTOR
Gladys Linares. Cienfuegos, 1942. Maestra normalista. Trabajó como
profesora de Geografía en distintas escuelas y como directora de algunas
durante 32 años. Ingresó en el Movimiento de Derechos Humanos a fines del año
1990 a través de la organización Frente Femenino Humanitario. Participó
activamente en Concilio Cubano y en el Proyecto Varela. Sus crónicas reflejan
la vida cotidiana de la población.
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