"Exactamente 101 años antes se habia concretado, 1895, la obra martiana de la Guerra Necesaria..."
Por Pedro Corzo.
24 de febrero, una fecha que jalona de
gloria la historia de la nación cubana, ha quedado por siempre
ensombrecida por la orden de Raúl Castro de derribar dos pequeños aviones de
Hermanos al Rescate, causando la muerte de cuatro jóvenes
comprometidos con la defensa de la democracia y los derechos humanos en su
país.
Exactamente 101 años antes se había
concretado, 1895, la obra martiana de la Guerra Necesaria. José Martí, junto a
muchos patricios entre los que se destacan Juan Gualberto Gómez y Bartolomé
Maso, culminó ese día una labor de años que fructificó el 20 de mayo de 1902.
La República distó mucho de ser
perfecta. Enfrentó serios problemas de injusticia social y gobernabilidad, pero
a pesar de esas deficiencias, alcanzó cotas de progreso que la situaron entre
los países de mayor adelanto del hemisferio, avance que inicio un declive
indetenible cuando accedió al gobierno la familia Castro.
El fusilamiento en el aire de estos
cuatro jóvenes en aguas internacionales fue por orden directa de Raúl Castro
con la bendición de su maléfico hermano, Fidel. Los pilotos
cumplieron la criminal acción con gran entusiasmo, no actuaron por la debida
obediencia, participaron en los asesinatos conscientes de que estaban
derribando naves desarmadas que cumplían una labor humanitaria.
Para Raúl Castro no fue con mucho su
primer crimen. En plena Sierra Maestra junto a sus colegas Ernesto Guevara y Ramiro
Valdés ordenó numerosas ejecuciones. Hay una foto en la red en la que se le ve
atando a un hombre que va a ser ejecutado. Gusta de la sangre y a pesar de su
ancianidad, sigue siendo un adicto a la misma.
El periodista
y escritor Luis González Lalondry, ha reseñado los fusilamientos
masivos del campo de tiro de la Loma de San Juan, el 12 de enero de
1959. Setenta y dos personas fusiladas delante de una fosa común
abierta con excavadoras. El periodista José Arenal cuenta que Raúl dio los salvoconductos
para que el juicio y la ejecución fueran presenciados y filmados. Ël decidió no
ir, pero el camarógrafo Héctor Rio Pelle fue y le contó que en aquel
circo de horror no faltaron los tigres, porque tanto los jueces como los
militares se portaron como tales.
Por su parte el doctor
Armando Lago, 2008, un distinguido investigador de los crímenes del castrismo y
autor del “El Costo humano de la revolución social”, señaló que investigaciones
parciales demostraban que Raúl Castro fue responsable de 550 ejecuciones en
1959, las de los 60 años siguientes no están reflejadas en ese estudio.
Los asesinatos de
Manuel de la Peña, Carlos Acosta, Armando Alejandre y Pablo Morales, son
ejemplos de la vesania sin límites de un régimen que ha sido aceptado y
reconocido por la mayor parte de la comunidad internacional. Es incompresible
que una dictadura tan sangrienta haya contado con tanta complicidad dentro y
fuera de la Isla, lo que lamentablemente ha hecho posible que Raúl y Fidel
Castro dispusieran de cómplices para estos y otros asesinatos.
Hay que tener siempre
presente que la red de espías castrista conocida como Avispa fue un factor
clave en el derribo de las avionetas. Entre los sicarios de ese asesinato
múltiple se destacan Juan Pablo Roque y Gerardo Hernández Nordelo, quien fue
excarcelado por el ex presidente Barack Obama, junto a otros miembros de
aquella trama castrista. Otros culpables fueron el general Rubén Martínez
Puente y los tenientes coroneles Lorenzo Alberto y Francisco Pérez Pérez.
No se puede olvidar que la tiranía intentó derribar
los tres aviones que ese día volaban para salvar cubanos que buscaban su
libertad. Uno escapó y sobrevivieron para su beneficio y la
historia, Sylvia Iriondo, Andrés Iriondo, Arnaldo Iglesias y José Basulto, fundador
de la organización que ayudo a salvar al menos a 4200 balseros.
No obstantes, siempre estarán signados por esos
trágicos recuerdos y la terrible experiencia vivida. Nunca podrán olvidar la
muerte injusta de sus compañeros y amigos, y la incertidumbre que
debe agobiar cuando se está entre la vida y la muerte. Honor a los mártires,
respeto a los sobrevivientes.
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