"Los regimenes comunistas son capaces de cualquier abuso contra la población por tal de obtener ventajas..."
Aquellos
que niegan que la Política tenga incidencia en el conjunto del quehacer humano,
deberían analizar la profunda e inmensa repercusión de la pandemia del
coronavirus y la particularidad que se originara en un país
regido por una dictadura férrea donde la medicina está
enmarcada en postulados ideológico- Siempre nos preguntaremos hasta
qué punto el absolutismo chino minimizó el brote de Covid-19 y cuál
fue el nivel de censura y represión impuesto contra los profesionales de la
salud que procuraron informar sobre la catástrofe que se avecinaba. Hay que
tener presente el caso del médico Li Wenliang, reprimido por alertar
tempranamente de los peligros del coronavirus. La policía lo silenció y los
censores intentaron ocultar su fallecimiento.
La inquietud antes expuesta solo es
superada por rumores que indican que el virus fue creado por China con el
objetivo de desestabilizar a Occidente, particularmente a Estados
Unidos, como consecuencia de haber perdido su “guerra comercial” con
Washington, habladilla que de ser cierta, podría tener repercusiones trágicas,
como afirma el doctor Santiago Cárdenas. Un factor a tener en cuenta es la
reacción del régimen chino a declaraciones del diputado costarricense Dragos
Dolanescu sobre la aparición del coronavirus en China y Taiwán. El
congresista Dolanescu mencionó la incapacidad de Pekín para
controlar el virus, a diferencia de la República de Taiwán que en muy poco
tiempo detuvo la crisis. Sin dudas, el coronavirus es un tema sensible para las
autoridades chinas, casi tanto como Taiwán, un país que China anhela ocupar.
Los
regímenes comunistas son capaces de cualquier abuso contra la población por tal
de obtener ventajas. Los poderes que se iluminan en ideas
comunistas, el chino, el soviético y el castrista, han impuesto por
décadas la cultura del campo de concentración y de la represión brutal contra quienes
disienten. Ellos aplican un manto de silencio sobre las consecuencias de
cualquier catástrofe, recordemos Chernóbil, o simplemente, culpan a terceros de
sus fracasos. Para estos regímenes la educación es un instrumento de
control, no obstante, la salud lo es muchos más.
El
sistema sanitario es manipulado en todas sus instancias. Los profesionales del
sector están prácticamente militarizados y el servicio a prestar sometido a la
voluntad de un funcionario político. Recordemos que en los días del Éxodo del
Mariel, a varias de las personas que fueron heridas por las turbas
castristas se les negó la atención médica en Santa Clara y otras
ciudades y pueblos de la Isla. El régimen castrista tiene una rica
experiencia en eso de reprimir médicos que denuncian situaciones
relacionadas con la salud en la Isla. Hace varios años el ya fallecido doctor
Darsi Ferrer Ramírez, publicó un informe titulado, “Las autoridades sanitarias
y la complicidad del silencio”, en el que se aprecia como la política castrista
manipula criminalmente cualquier información sobre la salud que ponga en dudas
la calidad sanitaria cubana. El doctor Ferrer, en un documental del cineasta
Wenceslao Cruz, titulado “Mito y Realidad de la Medicina en Cuba”, expresó: “en
el servicio médico hay una amplia y profunda corrupción como consecuencia de
las injusticias del sistema, los pacientes no cuentan con derechos
ante una mala práctica.
El
llamado internacionalismo no tiene nada que ver con el humanismo, porque la
dictadura a la vez que cumple un objetivo político, recibe miles de millones de
dólares por la explotación que padecen los profesionales de la salud”. Cuba
vienes usando la diplomacia médica desde 1963. La inauguró enviando galenos a
Argelia, una práctica de doble propósito, que le produce beneficios económicos
y otorga influencia y control político según el país donde operen, una gestión
que ha sido denunciada por organismo internacionales por no respetar los
derechos de esos profesionales.
Todo
parece indicar que la República Popular China va a incursionar en el cometido
castrista de exportar médicos. De hecho ambos países intercambian
profesionales. La “potencia médica” cubana debe estar trasmitiéndoles a los
asiáticos sus experiencias en el negocio de la medicina, así como
les ha traspasado a los represores venezolanos sus modos en la gestión
policíaca. La gestión de ayuda por el coronavirus puede ser otro Caballo de
Troya del régimen chino para influenciar en otros países. NO olvidemos que es
un imperio en expansión.
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