miércoles, 24 de junio de 2020

TRANSICION "DEMOCRATICA"...LA DICTADURA PERFECTA


La transición "democrática" de Cuba a la dictadura perfecta. Esta perspectiva se publicó por primera vez en 2015.

En memoria de Jorge Valls Por José Azel.


  Durante 71 años (1929 a 2000), el Partido Revolucionario Institucional (PRI) mantuvo el poder ininterrumpido en México. Los académicos describen este sistema electoral no competitivo como un sistema de partido hegemónico. Más colorido, el premio Nobel peruano Mario Vargas Llosa calificó al gobierno mexicano bajo el PRI como "la dictadura perfecta". La versión cubana puede estar en camino.
En un artículo anterior, adelanté mi análisis de cómo evolucionaría el comunismo cubano, dejando a sus oficiales militares como agentes de cambio. Describí un escenario económico torcido en el que los generales mutarían a los nuevos "capitanes de la industria" al orquestar privatizaciones corruptas de empresas estatales, al igual que las privatizaciones manipuladas de Rusia en la década de 1990.
Ese escenario requiere que los generales introduzcan la ilusión de un cambio político para conferir al nuevo régimen una apariencia de legitimidad para el beneficio de la comunidad internacional de inversionistas. Entra en el sistema de partidos hegemónicos cubanos.
Bajo un régimen hegemónico basado en el partido, la autoridad no depende de la historia revolucionaria o del carisma personal, como ha sido el caso en la Cuba de los Castro. Más bien, se institucionaliza un partido político dominante para mantener el poder a perpetuidad. En el modelo cubano, dicho partido estará bajo el control militar.

Un sistema de partido hegemónico diferirá del modelo leninista actual de Cuba solo en que algunos partidos de oposición política serán tolerados como escaparates. Esta oposición, por supuesto, no tiene posibilidades de ganar poder, pero su existencia evoca la falsa imagen de un estado totalitario en transición a la democracia.
Esta imagen servirá bien al régimen para proyectar la estabilidad política y brindar a los inversores potenciales una mayor confianza en la supervivencia a largo plazo del régimen. Proporciona a los inversores la racionalización conveniente de que sus actividades están ayudando a avanzar en un proceso de democratización. También anestesia a la población y canaliza la energía de la oposición para que participe en un proceso político manipulado.
Durante gran parte de su historia, el PRI mexicano utilizó el fraude electoral masivo para ganar todas las elecciones presidenciales con márgenes de más del 70 por ciento de los votos. Su dominio fue casi absoluto en todas las esferas de la gobernanza. La sucesión presidencial se llevó a cabo por dedazo (literalmente, el toque de un dedo), ya que el titular designó a su sucesor, que era parte de un gobierno de compinches endémicamente corrupto.
La transformación política de Cuba comenzó en 2013, cuando Miguel Díaz-Canel fue nombrado primer vicepresidente del Consejo de Estado de Cuba. Los medios internacionales lo ungieron inmediatamente como el sucesor de Raúl Castro. Díaz-Canel, un ingeniero en electrónica de 55 años de edad con antecedentes militares, es retratado como el rostro joven y civil del gobierno.
El espejismo se reforzó cuando Raúl Castro anunció que no buscará ser nominado como presidente del Consejo de Estado cuando expire su mandato en 2018.
En sociología, la ley de hierro de la oligarquía sostiene que todas las organizaciones sucumben al gobierno de una élite. En Cuba, la tiranía altamente personal de Fidel Castro fue reciclada, y el resultado fue la dictadura más oligárquica de su hermano Raúl. En ausencia de los Castro, los generales reestructurarán aún más el modelo.
Un sistema totalitario de partido único se convertirá en una estructura de partido hegemónico. Conscientes de la historia mexicana, los generales se asegurarán de que, incluso a largo plazo, su acuerdo no produzca una fiesta competitiva como sucedió en México con el Partido de Acción Nacional (PAN).
En esta cadena de eventos, la oposición se coopta para participar en la transición. En lugar de operar como facciones contra el todo, se convierten en parte del todo como proto partidos no competitivos.
En sus comentarios recientes sobre Cuba en las Naciones Unidas, el presidente Barack Obama colocó sus expectativas de cambio en Cuba en la diplomacia y el comercio. "Seguimos teniendo diferencias con el gobierno cubano ... Pero abordamos estos problemas a través de las relaciones diplomáticas y el aumento del comercio y los lazos entre personas ”.
Pero, como señaló la ex secretaria de Estado Condoleezza Rice, la diplomacia sigue los hechos sobre el terreno, no al revés. El general Castro ha comenzado un proceso que está cambiando los hechos sobre el terreno con un objetivo en mente: que nuestras iniciativas diplomáticas y comerciales solo sirven para legitimar la continuación del régimen.
La administración no ha comprendido que, con su ayuda, el régimen cubano no seguirá un camino democrático en su trayectoria política. Se arrastrará hasta que se convierta en un sistema de fiesta hegemónico. El régimen siempre vuelve a sus orígenes represivos, como si siguiera la longitud de una franja de Möbius.
Like Issue 1A - La transición "democrática" de Cuba a la dictadura perfecta en Facebook


No hay comentarios:

Publicar un comentario