Santiago
Cárdenas MD Exclusivo para EM3 –Especial–.

El meollo del problema estriba en
que los americanos consideran a la dictadura del proletariado marxista –y los
raulistas lo son consecuentemente– como una más de las tantas decenas de
dictaduras burguesas que en el mundo han existido. Y creen que los métodos para
lidiar con ellas y ocasionalmente para derrocarlas son semejantes. Hubo excepciones
de tiros y balas: Arbenz le dio resultado; Castro no.
Me refiero a las proxy wars. Hasta Soplillar en
la ciénaga de Zapata; hasta allí llegaron; más bien llegamos los patriotas cubanos.
Y eso hay que reeditarlo para avanzar hacia La Habana. Hay que reactivar la
intervención violenta y unilateral. Los cubanos solos no podemos. Afirmó Obama:
"eso es asunto entre Uds. en la isla”. Que equivale a: ya tenemos
relaciones establecidas; de león pa mono
amarrao y ahí les dejo su mierda, cubanos. Arréglense, ahora, como puedan. No
a la doctrina Obama. Sin embargo admiro a Trump en su genialidad; pero lo
compadezco en su mediocridad.
Repito: Solos nos podemos. Muy pocos, ni en el exilio, ni en Cuba,
discute esta aseveración. Claro, eso hay
que decirlo a la chita callando. No es elegante, ni "patriótico". Pero:
To’o el mundo sabe, que no necesitamos
el "mejor" trato de Trump; necesitamos exterminar aquello desde su
raíz. Y no me excluyan, por favor, la violencia con un pacifismo a ultranza que
nos lo han impuesto por la fuerza y camaleónicamente. Intervención estadounidense:
sí. Con nuestra ayuda incondicional. Yo, como tantos otros cubanos, no me conviene,
no aspiro, a un arreglo con los Castro sucesores por bueno que parezca. Lo acepté, hace poco
cuando mi voto, como una opción pasajera, táctica que no estratégica, cuando no
había otras alternativas. Veremos..... Mi pálpito me inclina a otra "traición"
y nuevas decepciones. Una triste historia recurrente. Una película ya vista.
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