Por
Santiago Cárdenas MD.
Dicen las estadísticas, siempre veleidosas, que tres
mil o seis mil millones. Da lo mismo. Debería ser: ni un kilo prieto. Que el exilio envíe frívolamente
desde condones a botes de recreo para ayudar a la "familia" y... a la
familia extendida incluyendo entenados, es algo
insólito e inmoral. La ayuda, a la chita callando, se contabiliza a la
par de los ingresos por níckel, el
turismo o el petróleo como fuentes de infusión
en divisas a la involución cubana. A la
larga o a la corta el dinero se utilizará en más desastre económico y más represión,
lo que pone muy en duda el llamado
"patriotismo " del exilio cubano.
Claro está una campaña contra las remesas –opción
"cero "– aunque pueda dar el jaque mate, no es simpática; no da ratings,
ni da votos. Dado el
aburguesamiento del exilio light
el de desayunos y conferencias
vespertinas, el que conocemos, habría que invertir millones en una campaña
publicitaria para lograr lo que resulta evidente; lo que deberíamos hacer espontáneamente:
nada de remesas para la isla y esto sin dilación.
Claro está, es mejor apoyar el bloqueo y otras políticas asépticas por el estilo, pa' que otros nos saquen las castañas del fuego que tomar el toro por los cuernos. Ir a conguear frente al Versalles, resulta indoloro y pintoresco, mientras hacemos un giro postal al doblar de la calle 8 para mantener a chulos y militantes en la isla (que esto último el obamismo también lo ha autorizado desde el pasado mes de octubre). Que poca dignidad. Que paripé.
Claro está, es mejor apoyar el bloqueo y otras políticas asépticas por el estilo, pa' que otros nos saquen las castañas del fuego que tomar el toro por los cuernos. Ir a conguear frente al Versalles, resulta indoloro y pintoresco, mientras hacemos un giro postal al doblar de la calle 8 para mantener a chulos y militantes en la isla (que esto último el obamismo también lo ha autorizado desde el pasado mes de octubre). Que poca dignidad. Que paripé.
Un balón de
ensayo exhortando a cero remesas fue
publicado un día al azar por Santiago Cárdenas
en Face Book. Eran solamente unas
cuantas palabras. Al momento llegaron decenas de réplicas e insultos .El común
denominador era que: "quieren matar a Mami de hambre" y cosas por el
estilo.
¡Imagínense qué cosas y qué estilo!; Y con qué vehemencia y prontitud. Claro
está que de morirse de hambre es precisamente de lo que estamos tratando.
Pero el que puede matar de hambre no es
el exilio; es la dictadura. Lo mío es hipotético; lo de ellos es real.
Cuando la política de tierra arrasada del ejército
mambí en el 95 le vinieron a dar las quejas al general Máximo Gómez: "No
me vengan a llorar por unos cuantas cañas quemadas, cuando lo que está en juego es la libertad de Cuba“; ésa fue la respuesta de Chino Viejo”.
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