"Tenemos el mismo enemigo actual: el terrorismo islamico"
Por: Héctor Carbonell Arenas
Las relaciones internacionales no se rigen por ideologías,
solidaridades o valores éticos. Fundamentalmente los intereses las gobiernan.
Italia, Alemania, Francia y España se desangraron entre ellos durante siglos y
hoy son todos felices socios en la Unión
Europea.
En la actualidad, muchos políticos se rasgan
las vestiduras porque Donald Trump le ha manifestado a Vladimir Putin su deseo
de mejorar las relaciones de Estados Unidos con Rusia. Sus excelsas y puras
personalidades no pueden codearse con personajes como Putin. Realmente la
hipocresía nunca ha vestido mejores galas. Durante la Segunda Guerra Mundial
nuestro “impoluto” presidente Franklin D. Roosevelt se abrazó varias veces con
José Stalin, uno de los más grandes asesinos del siglo XX. En sus tratos en la
intimidad llegó al grado de llamarle cariñosamente “Uncle Joe”.
Analicemos realmente quien es Putin,
calificado por sus detractores como un vulgar y tosco esbirro de la KGB. Putin
se graduó de abogado, con excelentes calificaciones, en la Universidad Estatal
de Leningrado en 1975. Poco después ingreso en la KGB donde laboró hasta el
derrumbe de la Unión Soviética. Regresó entonces a la Universidad y fue
nombrado Director de Asuntos Internacionales. Allí lo contacto su antiguo
profesor Anatoly Sobchak que había sido elegido alcalde de Leningrado. Conocía
su capacidad y lo nombró su Vice. Boris Yeltsin, al cesar Sobchak en su cargo
en 1996, se lleva a Putin a trabajar con él, y le encomienda diferentes tareas
en las que este demuestra su eficiencia. En 1998 le encarga la formación del
nuevo servicio de inteligencia y al año siguiente lo hace Primer Ministro. En
Diciembre 31 de 1999 Yeltsin renuncia y Putin asciende a la Presidencia.
Putin no es ningún santo. Pero ningún santo podría haber estabilizado al país en los primeros años del siglo XXI. Durante la década anterior los oligarcas saqueaban el país, la población sufrió la hiperinflación, el desempleo y la inseguridad. Rusia había pasado de Potencia Mundial a mendigo del Fondo Monetario Internacional.
Putin no es ningún santo. Pero ningún santo podría haber estabilizado al país en los primeros años del siglo XXI. Durante la década anterior los oligarcas saqueaban el país, la población sufrió la hiperinflación, el desempleo y la inseguridad. Rusia había pasado de Potencia Mundial a mendigo del Fondo Monetario Internacional.
Veamos ahora cuales fueron sus primeros
pasos respecto a Estados Unidos. Cuando se produce el ataque a las torres
gemelas de Nueva York, la primera llamada internacional que recibe Bush es la
de Putin. Le pregunta: ¿En qué podemos ayudar? No fue solo retórica, sus
fuerzas armadas proporcionaron importante ayuda logística al ejército
norteamericano para la invasión de Afganistán. Cerró las bases en Cuba y
Vietnam. Hubo otros gestos de acercamiento con Estados Unidos y la Unión
Europea. Nuestra respuesta fue llevar la
OTAN hasta la misma frontera con Rusia. Si tiramos piedras no podemos esperar
que nos devuelvan flores.
Para entender el comportamiento de Rusia es
necesario tener en cuenta su historia e idiosincrasia. Desde su fundación ha
sido invadida por mongoles, suecos, polacos, lituanos y cosacos. Napoleón casi
destruye el país en el siglo XIX y Hitler llegó a ocupar una gran parte de su
territorio. Eso explica el extremo celo con sus fronteras y las áreas
adyacentes.
Durante
varios siglos Rusia ha sufrido dictaduras, tiranías y totalitarismo de forma
continuada. Una pequeña excepción en 1997, durante el gobierno de Kerensky, por
unos pocos meses, el pueblo pudo asomarse tímidamente a ser respetado. Por eso
es tan difícil que en pocos años pueda florecer un gobierno con plenas
libertades. Inevitablemente hay abusos e injusticias, algo que nosotros con más
de doscientos años de democracia no hemos podido eliminar por completo.
Para un cubano, como yo, una alianza con
quienes ayudaron tanto a los verdugos de nuestro pueblo resulta repugnante,
aunque la primera víctima de la doctrina maldita fue la población rusa. Sin
embargo, analizando la situación como ciudadano estadounidense creo que la
alianza entre ambos países es nuestra mejor estrategia. Tenemos el mismo
enemigo actual: el terrorismo islámico. A
mediano o largo plazo existe una gran posibilidad de confrontación con Irán y
China. Toca decidir si cuando llegue ese momento queremos que la segunda
potencia militar del mundo esté a nuestro lado o aliada con nuestros enemigos.
Es difícil refutar los hechos, estas muy claro. Pero tampoco es menos cierto que la USSR y su antecesora y sucesora, Rusia, fue nuestro principal enemigo ideológico. Putin es, al menos nos han hecho creer, un autoritario con ínfulas de convertir a Rusia en lo que fue la USSR. Recientemente bajo Putin han asumido actitudes antagónicas que enfatizan sus ambiciones expansivas. Creo seria ingenuo pensar la recién injerencia en Siria, el medio oriente luego de 2 décadas de ausencia sin considerarlo como un reto a nuestra tradicional hegemonía y apoyo a Irán, peligrosa esa relación. Ojo, lo inteligente, si fuese viable, creo seria un acomodamiento con Rusia (Putin) algo parecido al ingenuo "reset" de la Clinton y encontrar "common ground". Definitivamente amerita la pena considerar bajo que condiciones se pudiera negociar un cece al constante antagonismo
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