"Yo contestaria, que en ausencia de cambios políticos, los cambios económicos solo solidificarian financieramente el regimen..."
.A lo largo de los años he debatido con
amigos y enemigos sobre los Estados Unidos: la política de Cuba y los posibles
caminos para la democratización de Cuba. En estos encuentros, he
argumentado en contra de una escuela de pensamiento que favorecía un Modelo de
China para Cuba. Mis adversarios ideológicos apoyaron los cambios
económicos de mercado en Cuba incluso sin ningún cambio político. Abogué
por la primacía de las libertades individuales sobre las finanzas.
En su mayor parte,
debatí cortésmente con personas de buena intención, honorables, que
sinceramente creían que las reformas económicas avanzadas traerían reformas
políticas. Vieron el compromiso como una estrategia diferente para obtener la
libertad del pueblo cubano a largo plazo. Otros, y estos no son de mi
conocimiento, probablemente solo tenían intereses pecuniarios y su motivación
era sospechosa.
La escuela de
pensamiento del "compromiso económico" formuló argumentos elocuentes
sobre por qué la búsqueda de mejorar el bienestar económico del pueblo cubano
era algo moral, incluso si requería ignorar la opresión del régimen. Yo
contestaría, que en ausencia de cambios políticos, los cambios económicos solo
solidificarían financieramente el régimen.
En las economías
totalitarias, la actividad fluye principalmente hacia y desde las instituciones
del régimen. Por lo tanto, para promover la libertad es imperativo avanzar
reformas políticas de la mano con las reformas económicas. Las reformas económicas
sin libertad enriquecen principalmente al régimen y prolongan la miseria de una
ciudadanía que vive sin libertad. Algunas personas podrían estar un poco mejor
financieramente, pero la búsqueda de la felicidad requiere libertad y la
libertad se castraría.
Mis adversarios
del debate generalmente señalaron a China para apoyar su posición. Algunos
de los defensores más conocedores prefirieron usar el modelo vietnamita como
más en línea con la economía agrícola de Cuba. Pero el argumento esencial
era el mismo: introducir reformas económicas, y las reformas políticas y la
libertad seguirán a tiempo.
Su modelo de China
para Cuba se basó en las reformas económicas de estilo de mercado introducidas
por Deng Xiaoping en 1979 tras la muerte de Mao Zedong. Muchos observadores
esperaban que, dadas estas reformas de mercado, China eventualmente se
convertiría en una democracia. No importa que el Partido Comunista de
China siempre insistiera en que no compartiría el poder. La elite
gobernante de Cuba, que ni siquiera ha implementado reformas similares a China,
también ha dejado en claro que Cuba no se reformará políticamente.
Y, aunque en 1982,
Deng Xiaoping introdujo límites de mandato de no más de dos términos
consecutivos para el presidente del estado; esos límites no se aplicaban
al Secretario General del Partido Comunista o al Presidente de la Comisión a
cargo del ejército. Es en estas posiciones que el poder realmente reside. Deng
ejerció gran parte de su poder mediante el control de los militares.
No obstante, los
creyentes en el modelo de "reformas económicas llevarán a reformas
políticas" todavía creían que China se democratizaría. Pero el 11 de
marzo de 2018, los 3.000 delegados de la Asamblea Popular Nacional de China
votaron casi unánimemente para poner fin a los límites del mandato de la
presidencia, revirtiendo las reformas de sucesión de Deng. Esto consolidó
todo el poder en manos del actual líder chino, Xi Jinping. Él ahora puede
gobernar indefinidamente en un cargo de por vida; una clara señal de que
no existe un camino inherente a la democratización en el Modelo de China.
Los creyentes en
las "reformas económicas llevarán a reformas políticas", el modelo
también argumentó que las tecnologías necesarias para llevar a cabo negocios,
como los teléfonos celulares e internet, ayudarían a erosionar el control del
Partido Comunista. No es así, el gobierno chino ha invertido mucho en el
desarrollo de filtros web y el uso de Internet y redes de video vigilancia para
reforzar la capacidad del gobierno para monitorear a la ciudadanía. Desde
que asumió el liderazgo en 2012, Xi ha estado consolidando su poder y ha
supervisado una mayor represión de la sociedad civil china, encarcelando a
escritores y activistas de derechos humanos.
Ahora hemos visto
en China una clara demostración de que, sin una ciudadanía que tenga poder
político, cualquier cambio económico introducido es solo un permiso del
gobierno. El permiso no es libertad Es lo mismo en Cuba con los
permisos económicos inconsecuentes para convertirse en trabajadores por cuenta
propia en algunos oficios.
Espero que mis
amigos se den cuenta de que el modelo de China que han abogado por Cuba no es
un camino hacia la democratización, y que la única defensa moral sea la
libertad.
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