"El presidente Trump ha encontrado tierra fértil y abonada para ahondar en su nacionalismo social compasivo; entiendase: cristiano..."
Por Santiago Cárdenas.
Lo que más se adecúa
a la Sociología Católica, –antiguamente
llamada Doctrina Social de la Iglesia, – es el capitalismo. Esta
formación económica nace como la flor más augusta de la libertad.
Actualmente
esto es muy difícil de entender porque el concepto de
libertad se desvanece ante nuestros ojos, expurgado del lenguaje ordinario, de
la media, de los púlpitos, de las
academias y del debate en los centros de intelligentsia.
Se están recogiendo
los frutos de lo que los historiadores
de la filosofía política han llamado la “Contra Ilustración’’ que comenzó
en a principios del siglo XIX –el siglo
de los socialismos teóricos– con su acmé en 1848 cuando la publicación del Capital, que barrenaron,
infiltraron, y subvirtieron los
conceptos de Locke, el padre del
liberalismo clásico europeo.
El liberalismo económico, (sin conexiones con la
llamada “derecha”), nace solo. No necesita de ideólogos y mucho menos de
“constructores”, como el socialismo. Tampoco de la violencia ni de la lucha de clases.
A decir del mismo Karl Marx ya existía en el siglo XIII dentro de las
mismas estructuras feudales. En los EEUU. , la libertad lockeana ha permitido la propiedad privada, que es la piedra angular
de la economía y el meollo de la “cuestión social”. Aquí ella es gravada obligatoriamente por los taxes: su rédito
social que es su grande aporte a la
sociedad.
El salario
familiar también existe en EEUU; al
igual que el principio de la subordinación
más
conocido como “subsidiariedad”; presente en nuestro gobierno bi–partisano, de manera sutil, pero, ejemplar
y viable.
El presidente
Trump ha encontrado tierra fértil y abonada para ahondar en su nacionalismo social compasivo;
entiéndase: cristiano. Todos en
occidente consideramos al liberalismo económico imperfecto desde su
nacimiento. Lo sabemos. Ese es su pecado capital: el de la egoísta naturaleza humana actuando en libertad.
Pero,…¡¡perfectible!! Como se ha demostrdo en el devenir histórico hasta la
saciedad. El “capitalista” del siglo XXI dejó de ser el “capitalista”
explotador del siglo XVIII.
TRUMP
Nueve fueron las propuestas sociales del presidente dentro de nuestro marco
democrático en su último discurso del
Estado de la Unión. Lamentablemente: ignoradas, como de costumbre
en la prensa parcializada.
Que pena; hubieran servido para un debate
serio acerca de nuestros retos históricos
y de los problemas a solucionar.
…
“To give critical –ill patient’s access to life– saving cures”…
Legislation to opium crisis.
“The First Step Act that gives non-
violent offenders the chance to re enter society as productive, law-abiding
citizens.”
4-
”We are launching the first ever government- wide inititiative focused
on economic empowerment for women in developing countries”
5-The Infrastructure Bill.
6-Lower cost of prescriptions drugs.
7-Eliminate AIDS in 10 years.
8-Money for pediatric cancer.
9-Paid family leave for newborn child.
Desde su
memorable discurso de toma de posesión, –una joya histórica y política también
ignorada, – el presidente delineó varias
propuestas que definirían su impronta social…. “To make child care accessible and
affordable; to help ensure new parents
had paid family leave; to promote clear air and clear water; to invest
in women’s health”… .
“Invertir en la
salud femenina”.Sorprendentemente, al día siguiente, cuando Donald no había comenzado a gobernar, la respuesta llegó desde las marchas antitrump de mujeres alrededor
del mundo.
La guerra sutil por el impeachment comenzaba pronto y el nacionalismo compasivo democrático
del nuevo presidente ignorado y atacado a ultranza. Sin descanso.
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