"Entre ellos el dinero y la coherencia en su respaldo por parte de los democratas, que iban a halar parejo, como lo hicieron..."
Había Llegado don
Sindulfo al restaurant Versalles pedaleando como de costumbre, luego de la
experiencia con la patineta, que finalmente no le había convencido. Y mientras
localizaba un lugar conveniente donde estacional su vehículo, –atisbaba entre
los numerosos clientes que ansiosos ingerían los tradicionales pastelitos de guayaba–;
temeroso de que el señor director, ya
hubiera llegado a la cita rompiendo la costumbre de llegar siempre con
antelación. Escudriñaba entre todos, –que eran muchos–temeroso de descubrir la
presencia del señor director. Mientras
lo buscaba, don Sindulfo se encontró con “Peñita” que al centro de un asiduo
grupo de diletantes políticos, discutían, entre cafés y pastelitos los
resultados de las pasadas elecciones. Ensimismado en sí mismo, don Sindulfo, apenas
sintió que le tocaba el hombro izquierdo… y cuando lo hizo vio asombrado que el
señor director ya estaba presente.
– ¡Caramba don Sindulfo! ¿Se sorprendió usted…es que
acaso no me esperaba?
– ¡No...! Si lo
esperaba…, pero sinceramente, no tan pronto…
–Pero igual lo sorprendí tanto como el resultado de las
elecciones… ¿verdad?
– ¡Pues no! Si
usted lee su propio periódico, y no ha olvidado nuestras conversaciones,
recordará que mi persona, al igual que el señor Adam, estuvimos muy cerca del
resultado, dado por estas elecciones. Siempre predijimos que la Shelala, tenía más
posibilidades de ganar…, por varios motivos. Entre ellos el dinero y la
coherencia en su respaldo por parte de los demócratas, que iban a halar parejo,
¡como lo hicieron!
– ¡¿Y es que usted cree que los republicanos no halaron
parejo..!?