Santiago Cárdenas
MD
Lo cuenta el evangelio de San Lucas,
capitulo 19. Zaqueo, un enanito, o casi, quería ver a Jesús, que
pasaba por Jericó, camino a la capital. Él lo diviso encaramado en el sicomoro,
puesto que por su estatura y la muchedumbre, no le era posible ver al Maestro.
Zaqueo era un explotador muy
rico. Un pecador publico que participaba en la recogida de los
impuestos y la corrupción. Por supuesto, la conversión de Zaqueo, luego
que Jesús lo diviso en el árbol y le ordeno que lo alojara en su casa, es
una de las historias más conmovedoras de la Biblia, que se repite en
sermones, retiros espirituales, homilías dominicales, etc. y ha conmovido las
fibras más intimas de generaciones de cristianos y hombres de
buena voluntad, desde hace dos mil años.
Zaqueo,
el cubano, no fue divisado por el sucesor de Cristo en la Habana. Por el
contrario, más que a un sicomoro, tuvo que encaramarse en el papa móvil en
la Plaza Cívica, para hacerse entender. Pero el papa no lo vio, –aunque había
comprado espejuelos nuevos para el viaje en la Vía de la Reconciliación,
cercana al Vaticano – según aseguro el jesuita Lombardi, el
vocero apologista papal en el avión camino a Washington.
Este
Zaqueo no es rico; es un mulato de complexión “cubana” media, un
atrevido, que junto a dos miembros de su partido, desafiaron la
Seguridad Cubana y Vaticana, que actuando en conjunto lo arrestaron
impúdicamente en septiembre del 2015 en la Habana, Cuba, ante la media mundial,
más atenta a las empanadas de la Collins que a la misericordia, que ya
se nos aproxima institucionalmente en meses por venir.
Zaqueo,
esta en 100 y Aldabo, entre la indiferencia de la media y el
mutismo de los católicos cubanos de la isla y del exilio. Zaqueo está
acusado de tres delitos…. ¿delitos? Pero hasta este infeliz
no llegan los frutos de la llamada diplomacia serena de la
Nunciatura Apostólica en la Habana, ni los éxitos de su Eminencia Cardenalicia,
atareados en asuntos más importantes… nunca de presos políticos, que no existen
en la Isla.
La
familia de Zaqueo ha agotado los trámites ante las autoridades
civiles y religiosas, para su liberación.
Jesús
vio a Zaqueo; Francisco no.
La religión es libre, todos podemos elegir si queremos seguir el camino de Dios o no, por otro lado rezar siempre será una bonita manera de acercarse a DIOS.
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