
"Como suele decirse, no hay que tenerle miedo al fracaso ni al error, sino que deben ser generadores de nuestro crecimiento."
Lola Benítez Molina Málaga (España)

Para
Spielberg: “Las obsesiones y los traumas a menudo se esconden en un rincón
abandonado de la niñez. Y suelen configurar el motor de las personas creativas”.
Otra frase suya que no tiene desperdicio es: “Me gusta soñar mientras trabajo”.
Sin duda, es una de las personas que tienen un halo que lo engrandece. Tal es
el caso de Carl Jung, para quien “el conocimiento descansa no solo sobre la
verdad, sino también sobre el error”. Como suele decirse, no hay que tenerle
miedo al fracaso ni al error, sino que deben ser generadores de nuestro
crecimiento. Tomar decisiones y pensar que serán para bien. En muchas
ocasiones, esa actitud nos producirá el gozo de vivir. En mi deambular diario,
me encuentro con muchas personas que necesitan un estímulo no ya para vivir,
sino para sobrevivir. Se sienten heridas, su fortaleza está en juego. Divagan
por senderos que no los llevan a ninguna parte, hacen de su vida un laberinto
sin salida, un ovillo difícil de desliar.
Impera
vivir el momento, disfrutar, que la vida se nos va, pero qué ha sido de los
valores que nuestras progenies intentaron inculcarnos de generación en
generación.
Hay
un libro con un título muy sugerente y cierto de la pintora y coach Raphaëlle
Giordano: “Tu segunda vida empieza cuando descubres que solo tienes una”. Dicha
obra lleva meses entre las listas de los libros más vendidos de su país,
Francia. Esta escritora ha sabido tocar la fibra sensible de los lectores,
muchos de los cuales se hallan perdidos. Y ella, con una historia cotidiana,
como tantas, ha sabido llegar con amabilidad e inteligencia a tocar sus
corazones y a poder decir: “¿por qué no puedo empezar de nuevo y tomar las
riendas de mi vida?”
Levantémonos todos los días con una sonrisa porque somos los dueños y
los artífices de labrar nuestro feliz y prometedor futuro.
Magnífica reflexión!!!
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