sábado, 24 de febrero de 2018

LA TRADICION DEL SUICIDIO EN CUBA


"Las estadisticas de la OMS demuestran que a partir del triunfo castro comunista, hemos escalado un lugar cimero en suicidios..."

Ramiro Gómez Barrueco


Expreso político. Escritor. Empresario
Al noroeste de la ciudad cubana de Matanzas se encuentra uno de los paisajes naturales y arqueológicos más bellos de La Isla. El Valle de Yurumí debe su nombre al grito que proferían los indios taínos al lanzarse desde los altos riscos en busca de la muerte; Yumurí  (yo muero). La brutal vida esclava bajo el colonialismo español era peor que la incógnita de la muerte. El suicidio es, históricamente, genético en Cuba. El Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes, suicidado, nos legó ese triste ejemplo patriótico.
Dos suicidios famosos en la Cuba republicana fueron: Manuel Fernández Supervielle, alcalde de La Habana, avergonzado por incumplir la promesa del acueducto apropiado; y el líder del Partido Ortodoxo, Eduardo Chibás, se suicidó por no poder demostrar que el ministro Sánchez Arango era corrupto.
Las estadísticas de la OMS demuestran que, a partir del triunfo castro comunista, hemos escalado un lugar cimero en suicidios en Latinoamérica. En el exilio se suicidaron, entre otros, el frustrado ex presidente Carlos Prío y el Director de La Revista Bohemia Miguel Quevedo, arrepentido de su complicidad mito maníaca revolucionaria.

Los suicidios y muertes enigmáticas han sido frecuentes episodios revolucionarios. La interminable lista comenzó con el comandante Félix Pena en Junio de 1959. Castro lo acusó de corrupto, porque absolvió, en el famoso primer juicio, a los pilotos de Batista. Días después, Félix se despidió, alegre y optimista, de su amigo Tony Santiago; mañana desayunarían juntos. Pero apareció muerto, solo, con su pistola en la mano. Según el dictador se suicidó por vergüenza.
En todos los suicidios de revolucionarios famosos, los castristas poseen el privilegiado sortilegio de llegar primeros y tener una respuesta exacta e inmediata de las causas del hecho. El suicidio doble y sincronizado de Nilsa Espín (hermana de Vilma),  en las oficinas de su cuñado Raúl Castro, y el de su esposo en Pinar del Rio, es otro gran misterio castro comunista.
El suicidio de Aidé Santamaría, icono revolucionario, veterana del Moncada y de La Sierra, fue reportado el 29 de Julio de 1980, aunque realmente sucedió el 26 de julio. Su muerte, según comentarios populares, estuvo precedida por una carta manifestando su desacuerdo con el tirano.
En junio de 1983 se suicidó “el deprimido” ex presidente, Ministro de Justicia en función, Osvaldo Dorticós. Una agria discusión con el cancerbero Ramiro Valdés, antecedió a su muerte. Familiares y amigos manifestaron que Dorticós era muy cobarde, cuidaba y quería mucho su vida, increíble un  suicidio.
Dos suicidios, por depresión emocional, internacionalmente importantes, fueron los de Laura y Beatriz Allende, hermana e hija de Salvador Allende, que residían y murieron en Cuba. Beatriz de 33 años y dos hijos, sin armas en su casa, se disponía llevar a los niños a Soroa; repentinamente cambió de idea y se suicidó. Su tía Laura se lanzó del piso 18del Hotel Riviera en una reunión de máximo nivel del Ministerio del Interior. El régimen “equivocadamente” dijo que fue del piso 16; finalmente trasladaron el cadáveral lugar oficial del suicidio, su casa en El Vedado.
La noticia del suicidio de Fidel Castro Díaz Balart es muy sospechosa; apegado a las mieles del poder y viajero huidizo en yate privado de lujo por el mediterráneo, sonriente acompañante de Paris Hilton. Muy sospechosa, sobre todo, por el diagnóstico de depresión. ¿Depresión?
 Sabemos que el régimen de Cuba es una dinastía comunista y que Fidelito era el primogénito en la sucesión monárquica. También era el más inteligente, culto y relacionado de los herederos potenciales al trono totalitario. Se imaginan a Fidel Castro ¡Díaz Balart! miembro de La Asamblea Nacional del Poder Popular. ¿Lo suicidaron? ¿Un destino paralelo al hermano mayor de Kim Il Sun? ¿Dalia Soto del Valle? ¿Raúl, Mariela o Alejandro Castro? ¿Comenzó la purga por la sucesión?
Lo indiscutible es la muerte de un símbolo y el derrumbe de un mito. Ha muerto El Futuro de La Revolución Fidelista. Todos estos suicidios niegan el principio político trascendental y repetitivo del  padre de Fidelito: “todo el que vive bajo la revolución socialista cubana, se siente feliz, contento y lleno de esperanzas”.
Nadie se suicida para escapar de la felicidad.

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